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El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, comenzó su tercera y última jornada en Cuba con un trascendental y emotivo discurso en la sede del Teatro Alicia Alonso de La Habana, ante cientos de espectadores pertenecientes a una representación de la sociedad civil cubana.
Las palabras de Obama, dedicadas al mandatario Raúl Castro y al pueblo cubano, fueron introducidas por un mensaje de duelo en solidaridad con las víctimas de un atentado terrorista cometido en la mañana de este 22 de marzo en Bruselas, Bélgica, por miembros de la organización religiosa extremista Estado Islámico (ISIS).
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Tras un llamado a combatir el flagelo del terrorismo en todas sus expresiones, Obama dedicó un momento de agradecimiento al Gobierno y al pueblo de Cuba “por la amabilidad que han demostrado hacia mí, hacia Michelle, Malia, Sasha y mi suegra, Marian”.
Le siguió un gesto que tomó al público asistente por sorpresa. Obama dijo, en español, “Cultivo una rosa blanca”, el verso más conocido del poeta cubano y Héroe Nacional, José Martí, palabras que fueron acogidas con nada más que vibrantes aplausos.
“En su más célebre poema José Martí hizo esta oferta de amistad y paz tanto a amigos como enemigos. Hoy, como Presidente de los Estados Unidos de América yo le ofrezco al pueblo cubano el saludo de paz”, expresó.
El presidente también abordó importantes temas como la historia del conflicto entre ambos países, la migración y el exilio cubano en los EE.UU, así como la Guerra Fría, de la cual aseguró enterraría con este viaje sus últimos vestigios. “He dejado claro que Estados Unidos no tiene ni la capacidad, ni la intención de imponer un cambio en Cuba. Cualquier cambio que venga dependerá del pueblo cubano”, aseveró.
“Quiero ser claro: las diferencias entre nuestros gobiernos al cabo de tantos años son reales, y son importantes. (…) Pero antes de discutir esos problemas, también tenemos que reconocer cuantas cosas compartimos porque, en muchas formas, los Estados Unidos y Cuba son como dos hermanos que han estado distanciados por muchos años, aunque llevemos la misma sangre”, acotó.
Luego de un contundente mensaje de reconciliación, que fue tergiversado y cuestionado minutos después por la prensa estatal cubana, Obama continuó con el segundo punto del día: la esperada reunión con otra parte de la sociedad civil, líderes de organizaciones opositoras y disidentes políticos individuales.
A la cita, que tuvo lugar en la embajada de EE.UU en la isla asistieron Berta Soler, representante de las Damas de Blanco, Guillermo Fariñas, activista pro derechos humanos, Elizardo Sánchez (Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, CCDHR), José Daniel Ferrer (Unión Patriótica de Cuba, Unpacu) o Manuel Cuesta Morúa, de Arco Progresista, Dagoberto Valdés (Convivenciacuba.es), Yoani Sánchez (14ymedio.com) entre otros.
A diferencia de otras actividades en el programa de Obama en Cuba que fueron transmitidas en directo, la cita entre el mandatario y los opositores no pudo seguirse en vivo, aunque culminado el encuentro miembros de la prensa independiente cubana tuvieron la oportunidad de reunirse con el jefe de Estado.
Para culminar una jornada que quedó para la historia, el mandatario estadounidense asistió al tope amistoso entre el equipo de la Grandes Ligas Tampa Bay Rays contra la selección nacional de Cuba. El juego, que tuvo lugar en el Estadio Latinoamericano, cerró con un puntaje de 4 a 1 a favor del equipo invitado.
El presidente Barack Obama se retiró del estadio al inicio del 4to inning, en compañía de su homólogo cubano, para continuar con su agenda de trabajo que incluye una visita oficial a Argentina.
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