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Los Rolling Stones en concierto en Cuba, en estos días mucho se ha escrito acerca de las maravillas que presenciamos en este concierto, pero nunca serán suficientes para explicar el huracán de pasiones que sentimos los “tembas”, la generación de 60 y más, reunidos allí con los cientos de miles de jóvenes cubanos y de todo el mundo que fueron a escucharlos.
Fueron muchos los sentimientos que se desencadenaron en el terreno de la Ciudad Deportiva de La Habana.
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Cuánto me costaba concentrarme en el disfrute del concierto pues las imágenes, unas alegres y otras tristes, de aquellos años de finales de los 60 y los 70, venían a mi mente.
Cuántos amigos que tanto quise y que ya no están con nosotros por diferentes razones, con los que disfrutábamos de estas canciones a pesar, y quizás más aún, por estar fuera de nuestros alcance, estuvieron allí conmigo esa noche.
Nuestra vida ha cambiado en estos últimos años, hemos llegado a la tercera edad, hoy podemos visitar la Florida y otros países, empezamos a conocer a los nuevos miembros de la familia, nos reencontramos con viejos colegas, los hijos, los nietos; hemos vivido el momento de la visita de Obama, tres Papas han estado en Cuba, cosas que hace pocos años eran impensables.
Pero sé que aún nos queda un camino incierto que hay que transitar.
Hoy en la mañana fui a mi templo y le agradecí al señor, en este Sábado de Gloria, por haberme dado la salud necesaria para caminar todos los kilómetros hasta el lugar donde se realizó el concierto y poder permanecer de pie 2 horas y media disfrutando de esa maravilla que fue la música y todo el simbolismo que un evento de tal magnitud y trascendencia tenía.
Quizás vengan otros músicos y agrupaciones que sigan el camino que han abierto los "Satánicos" en esta apertura cultural al mundo, pero estoy seguro de que la SATISFACTION que nos dio este concierto será irrepetible.
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