En mi breve pero fructífero paso por la radio en el avileño municipio de Morón aprendí muchas cosas. Cosas que luego, con el transcurso del tiempo, pude percibir eran iguales en el resto de las provincias fuera la que fuera: la “bronca” entre los periodistas de la radio y los de la prensa escrita; o los periodistas de la TV y los de la Radio (o los de la prensa escrita); o los periodistas que viajan y los que no viajan; o los que se quedaron dentro y los que se fueron del país.
Dentro de esta última, recuerdo hace un par de años el titingó que montó en plena puerta del ICRT Reinier González, un excelente conocedor del deporte, el día que se enteró que Daniel de Malas había entrado a trabajar en ESPN. Su “furia” llegó incluso al nivel menos sospechado: “puso en malas a de Malas” con la gente de ESPN en la Serie del Caribe 2015. Y aunque ni Reinier ni Rodolfo García son el leit motiv de este artículo, no podemos olvidar la “trifulca” que se largó el segundo en la mencionada serie contra otro excelente periodista, esta vez de prensa escrita, como lo es Michel Contreras. Su “para esos que están hablando basura y critican a nuestro equipo nacional” sonó más a perreta de trasnoche que a profesionalismo dentro de la locución.
Traduzcamos todo esto: excepto contados casos “todos” los profesionales de la rama del periodismo deportivo se toleran y sobrellevan, pero en la concreta les molesta “cómo lo hace el otro.” O viven su vida, sin que la de otros les influya. A no ser que les dé ojeriza.
Las “filias” a favor de tal o más cual peje gordo han llegado al extremo de callarse muchos y solidarizarse otros pocos, cuando Víctor Mesa vapuleó verbalmente a un colega de ellos durante una conferencia de prensa, y más recientemente en el mutis hecho por casi todos, a raíz de lo sucedido con Normando Hernández, un periodista villaclareño, y el manager del Villa Clara, Vladimir Hernández. No son familia, aclaro.
No ha pasado un mes del excelente artículo rubricado en el periódico Vanguardia, rubricado por la periodista Maylí Estevez,en el cual se explicaban de manera diáfana todos los elementos que han convertido a nuestra Serie Nacional de Beisbol en un asunto de cuartería, donde los chismes solariegos superan - ¡y con creces! – lo que pudiera ser un duelo entre pitchers, o entre impulsadores, y otro nuevo traqueteo se suma al jolgorio. “Bronca” en las redes sociales entre Andy Vargas, locutor deportivo y el ya mencionado malévolo Daniel de Malas. Vaya apellido…
De Daniel se podrán decir mil cosas. A mí en lo personal nunca me gustó la manera en que entrevistó a Odrisamer Despaigne a raíz del debut de este último en las Grandes Ligas. Me pareció incisivo y molesto cuando intentó sacarle una confesión al ex pitcher industrialista en contra de Víctor Mesa. Este asunto lo debatimos en una ocasión. No llegamos a ponernos de acuerdo, pero la sangre nunca llegó al río.
De Andy Vargas, se dice que no pudo sustituir decentemente a de Malas en la Tribuna Deportiva de la COCO.
Ahora, me parece muy poco profesional que con tantos golpes que te dio la vida, Andy, con tantos batacazos que nos han dado en la cabeza los ineptos funcionarios del beisbol cubano, enfiles tus cañones hacia el lado equivocado, y “te lances” contra de Malas porque haya dicho que los Industriales sufrieron una humillante barrida. Yo no sé nada de pelota, pero de semántica sí, y mucho. Te explico: todas las barridas son humillantes.
Te aplaudiría mil veces, si ese mismo furor que has expresado vía Facebook, lo emprendieras, vía Facebook también, contra otros males que ahora mismo están desangrando nuestro pasatiempo nacional y contra sus verdaderos vampiros. Por ejemplo – y sin apretarte tanto - ¿has hecho o dicho algo para intentar dilucidar el tema del desaire sufrido por tu colega Julita Osendi al no poder entrar al Latino el día del juego de la Selección Nacional vs Tampa Bay Rays?
Me parece una bronca infantil, poco ética, que “brinques” porque tu orgullo leonino ha sido herido. ¿A que aspiramos? ¿A jugar al Osmany García vs El Pillo? ¿Al Yomil vs Jorgito?
Ahora mismo, lo sé, existen mil razones para dentro de los cánones del periodismo cubano juzgar el trabajo de Daniel de Malas y su blog Swing Completo; pero ya sabemos tú y yo, Andy, que los cánones que rigen el periodismo cubano – y el modo de vida del cubano en general – “por allá” ni soportan una broma, ni soportan una crítica. Swing Completo no es lo perfecto que quizás pudiera ser, pero al menos suple con sus letras, y con creces, mucho del valor que a “nuestras cámaras y micrófonos” le falta.
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