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Un reportaje publicado en el periódico local cubano “Escambray” ha revelado detalles del accidente automovilístico ocurrido el pasado sábado 2 de abril en el municipio de Jatibonico (Sancti Spíritus).
Como consecuencia de la colisión entre el ómnibus turístico y una rastra, perdieron la vida un ciudadano de origen austríaco y el chofer del Mintur.
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Ramón Domínguez Rodríguez, el guía turístico que viajaba al frente del ómnibus accidentado, ha respondido a una entrevista telefónica, que ha recabado más detalles del suceso.
“Todo parece indicar que el contenedor chocó contra el puente y se nos vino encima”.
“Yo estaba sentado de espaldas, en el asiento delantero opuesto al del chofer, dándoles información a los clientes. De pronto escucho una exclamación de Alkier en un tono raro, como de alarma: ¡Eh, pero mira esto! Miro hacia atrás y al enderezarme veo la rastra que viene. Veo cómo el borde del contenedor choca contra la parte inferior del túnel ese, como ustedes le dicen. Se levanta del apoyo de la rastra, se abre y vuela. En eso se cruzan los dos carros, la rastra nos pasa por el lado. El contenedor baja y por la inercia se nos viene encima. Yo vi el contenedor volando. Todo eso pasó en, no sé, poquísimos segundos.
“Yo siento el estruendo, el golpe, y veo que una plancha empieza a separarse como en dos, una va en dirección del chofer y la otra viene hacia mí. Supongo que por instinto me agaché, por eso no me da directo, sino que me roza el cuero cabelludo, me lo raspa. Me levanto, me viro, veo al chofer recto en su asiento, con las dos manos agarradas al timón; la guagua avanza unos 150 metros más adelante, en línea recta, sin desviarse. Llamo al chofer: ¡Alkier!, ¡Alkier! En la segunda mirada supe que estaba muerto. Ese hombre, incluso muerto, nos salvó la vida.
“No recuerdo haberme virado hacia los turistas. Estoy parado allí, lo veo a él y siento que desde afuera me hablan dos civiles: ¡Ven, ven, te pusimos una escalera! Las ambulancias llegaron rapidísimo, como si hubieran estado allí paradas, esperándonos. En verdad todo fue rápido, todo fluyó muy bien. Bajé, estaba empapado en sangre; me dijeron que debía irme al hospital porque estaba muy mal. Yo dije que no podía, que venía al frente de la guagua. Me insistieron en que había más gente que iba a ayudar y que en mis condiciones no los podría socorrer. Entonces me montaron en una máquina y me llevaron, a mí y a todos los demás heridos, al hospital de Jatibonico. Todos fuimos evaluados allí, les pasaron sueros y luego los trasladaron al hospital de Sancti Spíritus.
“Al día siguiente, cuando el policía y yo les llevamos agua a sus respectivas camas y salas, me contaron algo, los de más atrás, porque los Eberl, que iban exactamente detrás del chofer, sufrieron todo el impacto. ¡Cómo lucharon ellos esos asientos! Ese día salieron tempranito del hotel y fueron los primeros en montarse en la guagua. La señora Eberl iba muy feliz con su mochila. Muy nobles y tranquilos ellos.
“El médico me dio el alta el domingo, pero me dijo que debía irme a mi casa, ya que podía tener algún daño neurológico, que si no me iba debía ingresarme en otro lugar. Dejé claro el listado de nombres y las declaraciones de todos ellos.
“Alkier, el chofer, ese día derrochaba simpatía, era como si se imaginara que iba a ser el último. Él siempre era muy simpático y chistoso. Durante el almuerzo en Camagüey bromeó mucho con la otra guía, la del otro ómnibus. Éramos un grupo doble. Ella adelantó el recorrido por la ciudad y salió delante con su guagua, nos llevaba como media hora de ventaja. En realidad por el plan inicial debíamos dormir esa noche allí, pero hubo un problema con el hospedaje, entonces nos quedamos dos noches en Santiago y ese día seguimos para Trinidad. Íbamos a alojarnos en los hoteles Ancón y Brisas Trinidad del Mar. Nosotros, en el Brisas. Estaba pensado que ellos volaran desde La Habana hasta Santiago, pero al final viajamos en ómnibus hacia allá, les encantó Santiago de Cuba”.
“Hago el reposo que me indicaron; yo soy práctico, entiendo que las cosas pasan. Por el relato no se preocupe, lo revivo todos los días, varias veces”.
6 de los 28 pacientes que fueron ingresados por el accidente automovilístico ocurrido el pasado sábado 2 de abril en el espirituano municipio de Jatibonico, han recibido ya el alta hospitalaria. Los pacientes habían ingresado, con lesiones de mayor o menor envergadura, en el Hospital Provincial Universitario Camilo Cienfuegos.
Como parte de ese grupo, fueron dados de alta el citado guía de turismo que viajaba junto a los visitantes extranjeros, y una cooperante cubana de la salud, que se encontraba en la rastra que impactó contra el ómnibus de turismo.
Los turistas que han recibido el alta médica fueron alojados provisionalmente en la instalación conocida como “Rancho Hatuey”.
Los 12 pacientes restantes ―todos extranjeros― permanecen hospitalizados. Tres de los seis lesionados que han sido reportados de gravedad, se mantienen en estado crítico.
El accidente tuvo lugar entre las 18:30 y las 19:00 horas del sábado, y como consecuencia de la colisión perdieron la vida el ciudadano de origen austríaco Johann Eberl (63 años de edad) y el chofer del ómnibus del Mintur, identificado como Alkier Barrera Medina, de 36 años y con residencia en Matanzas.
La mayoría de los heridos son turistas alemanes y austríacos que habían planeado una estadía de 14 días en Cuba, con estancia final en Varadero.
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