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A finales de la década del 70 y principios del 80, un grupo de 30 niños argentinos ―que tenían entre 8 y 10 años― vivió en Cuba con el fin de ser protegidos de la dictadura militar, que costó más de 30.000 mil muertos y desaparecidos en ese país sudamericano.
En su mayor parte eran hijos de militantes de la guerrilla argentina, que habían sido secuestrados previamente o que vivían en la clandestinidad.
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“La guardería” es el nombre del documental de Virginia Croatto que acaba de ser estrenado en Argentina y trata ese tema.
El documental fue premiado con el primer premio de la Competencia de Derechos Humanos en el 34° Festival Cinematográfico Internacional, de Uruguay.
Aquellos niños, ya convertidos en hombres y mujeres, cuentan en el documental sus historias y sus recuerdos entre 1979 y 1983.
En su relato explican cómo aprendieron a relacionarse con otra cultura ―sin perder la propia― a convivir con la nostalgia, y a esperar con ansias las cartas o noticias de sus padres.
La directora del filme, que fue una de aquellas niñas, tiene como productora asociada a Lita Stantic. El guión ha sido escrito por Gustavo Alonso y David Blaustein, este último otro de esos niños que ―tres décadas después― intenta entender el significado de aquella experiencia infantil de supervivencia y solidaridad.
La acción tiene lugar, principalmente, en una gran casa blanca con jardín y palmeras, en algún lugar de La Habana, que fue hogar durante muchos años de ese grupo de niños, hijos de integrantes de la organización “Montoneros,” que pasaron una parte importante de su infancia lejos de sus padres, quienes los dejaron allí para protegerlos mientras ellos luchaban en la “contraofensiva montonera”.
Interrogada sobre lo que significó para ella la experiencia, Virginia Croato ha contestado:
Ese lugar a donde todos queremos volver de vez en cuando. Esta idealizada en mi memoria, la vida colectiva, los juegos, si bien tengo conciencia de lo difícil, de lo duro que fue para todos, de la muerte, del exilio, es un espacio de paz en esa vorágine. Un hermoso refugio florido.
“Tengo nostalgia de haber vivido esa experiencia, una nostalgia que de alguna forma no me pertenece, como de los 70, por lo menos de la parte linda, de la ‘primavera’, parte de un proyecto que creía que iba a cambiar el mundo, de que las cosas podían ser mejores y tenían que ser mejores, y la abordé desde ese lugar de colectivo, más allá que en mi propia reflexión haya claroscuros”.
“Al principio la idea era más autobiográfica, incluso cuando comencé el proyecto hace más o menos una década, filmé algunas cosas así pero no me sentía cómoda, no me cerraban, y no digo de que sea ni mejor ni peor, solo era yo que necesitaba contarla de otra manera, más coral y si se quiere hasta más clásica, más allá de que no contar quien soy yo me parecía una chantada, y por eso mismo aparezco”.
“Sin embargo no decirlo claramente desde el principio me pareció que ayudaba a que el público pudiera verla desde otra perspectiva, para bien y para mal, en forma más abierta, sin ese mandato de tener que verla como que proviene de una víctima, pero cuando fui avanzando con el montaje me di cuenta de que tampoco podía obviar que yo misma fui uno de esos chicos de la guardería”.
(Imágenes tomadas de facebook y twitter)
A continuación, el tráiler oficial del documental.
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