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Al parecer estaban claros los cubanos del Sur de la Florida cuando hace apenas un mes le dieron la espalda al senador Marcos Rubio en su propia casa, en sus propias urnas. Al parecer - también - estaban claros algunos de los los líderes del exilio con respecto al ex golden-boy de la política cubano-americana. No por gusto lo rechazaron.
"El síndrome del trumpismo (Trump) ha hecho mella en Marcos. No sé qué motivos tendrá, pero tiene que tener alguna razón política para que quiera eliminar los beneficios a su propia gente. Y la situación en Cuba no ha cambiado nada" dijo Ramón Saúl Sánchez, del Movimiento Democracia con respecto a la propuesta de Marcos Rubio de eliminar o "ajustar" la actual Ley de Ajuste cubano.
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La propuesta de Rubio en el Senado es considerada por muchos como un traición a la comunidad cubana del exilio. Otros, afirman que tanto énfasis de Marcos precisamente ahora, es una clara venganza por la humillación recibida en las urnas a manos de su principal rival y crítico, Donald Trump.
Usuarios en las redes sociales manifiestan estar de acuerdo en parte con Rubio, porque hay muchos cubanos que están cometiendo abusos.
"Llegan, piden asilo político diciendo que son perseguidos en Cuba, les damos todos los beneficios y al año y un día están viajado a Cuba."
No es esta una frase que pertenezca a nadie en particular, pero es un sentimiento generalizado, y contra este, basó su denuncia y propuesta el Senador.
Rubio, quien tuvo este miércoles la posibilidad de justificar su proyecto de ley, defendió ante el Senado la necesidad de modificar dicha ley para acabar así con el trato preferenciado que se le da a los cubanos. Salvo en el caso demostrado que sufran un real peligro en la isla, hay que acabar con ese trato especial, dijo, grosso modo, el Senador.
"Ya no se justifica dicho trato, los cubanos que lleguen a este país deben ser considerados como la generalidad de los inmigrantes", expresó Rubio.
Tales palabras, es justo decirlo, suenan más a un americano preocupado por el abuso que se comete contra el bolsillo del contribuyente, pero Marcos, durante su breve carrera por la candidatura del partido republicano para aspirar a la presidencia de los Estados Unidos, no escatimó momento y ocasiones para hacerse pasar como "cubano" o pensar como ellos. Su identificación al parecer terminó en enero pasado cuando presentó un proyecto de ley tan controversial. Desde ese día, dicen, Marcos comenzó a cavar su propia tumba. Muchos incluso justifican su actual debacle político porque "se opuso a los de su misma sangre".
La "nueva derrota" de Marcos supone para él otro ejemplo más del inmovilismo político que carcome los huesos del establishment norteamericano.
"Por eso la gente está tan cansada de la política, porque nadie hace nada" dijo en una parte de su discurso.
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