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Julio González, el hombre de la mejor recta en hilo del boxeo cubano, el mejor boxeador cienfueguero de toda su historia cumplió ayer 16 de abril 51 años.
Vivió cerca de mi durante mucho tiempo quien fuera dueño de una de las rectas más potentes y elogiadas en el pugilismo cubano. Campeón mundial juvenil en 1983, logró la hazaña de ser el mejor del universo en la división de 60 kg seis años después en justa celebrada en Moscú.
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Fue miembro de esa generación de deportistas que coincidió con los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y Seul 1988, por lo cual nunca pudo ser campeón olímpico. Cuba no asistió por razones conocidas a esas Olimpíadas y en Barcelona 1992, cayó en el inicio durante una pelea muy reñida contra el búlgaro Dimitrov Tontchev.
En 1996 decide ponerle cierre a una carrera deportiva en la élite boxística cubana y mundial. Fue campeón de Juegos Panamericanos en Indianápolis 1987, La Habana 1991 y Mar del Plata 1995, y logró dos coronas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de República Dominicana 1986 y México 1990.
Triunfó en 430 ocasiones y apenas perdió en 58. Uno de los rivales que lo derrotó fue Oscar de la Hoya.
De Julito les traigo una anécdota, que no sé si cierta o algo fabulada. Cuentan que Andreas Zullow, un boxeador alemán quien fuera durante muchos años quizás el principal rival que en la arena internacional tuvo Julito Gonzalez, después de algunos años de retirado, comenzó a ejercer funciones de directivo dentro de la Federación Alemana de Boxeo. Viajó a Cuba, al frente de una delegación para firmar acuerdos en materia de deporte, y que estando en La Habana, mandó a buscar a Julito.
- Quiero verle, de Cuba no me voy sin ver a Julito.
Y a Julito lo montaron en un ómnibus Yutong y pudo ver a su acérrimo rival en La Habana.
Contaban en el Reparto Hermanas Giralt, donde vivía Julito en Cienfuegos, que Zullow se ofreció para llevar a Julito de vuelta a Cienfuegos.
- Te llevo a tu casa hombre, claro que sí, y Julito se negaba y se negaba.
Pero el alemán fue firme. Lo llevó a Cienfuegos, y al ver en la más que modesta vivienda en la que vivía Julito, y cuando supo que este no tenía ni siquiera un humilde auto, volvió a la Habana muy ofendido. Tanto que exigió reunirse con las más altas autoridades deportivas de Cuba. Cuentan que incluso "amenazó" con boicotear aquellos acuerdos que se firmarían o ya se habían firmado, porque "era una falta de respeto que un Campeón Mundial de Boxeo como Julito González viviera en las penurias en las que vivía"
Contaban sus familiares del Reparto Hermanas Giralt en Cienfuegos, que a raíz de eso, a Julito se le dio un auto Lada, y se le dio una vivienda con mejores condiciones.
Cierta o no la anécdota... y aunque atrasadas, ¡¡FELICIDADES CAMPEON!!
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