Erisbel Arruebarruena. El “bad boy” de la pelota cubana

Los Dodgers han suspendido al  infielder cubano Erisbel Arruebarrena por el resto de la temporada de 2016.

Erisbel Arruebarruena © Erisbel Arruebarruena. El “bad boy” de la pelota cubana
Erisbel Arruebarruena Foto © Erisbel Arruebarruena. El “bad boy” de la pelota cubana

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Este artículo es de hace 8 años

Erisbel Arruebarruena, “El Grillo”, para muchos el mejor guante entre los short stop que se ha visto en la pelota cubana en los últimos años, acaba de meterse otra vez en problemas en las Grandes Ligas. Gabe Kapler, director de desarrollo de jugadores del conjunto de Los Angeles, acaba de anunciar que “El Grillito” queda separado del equipo por el resto de la temporada 2016.

De Erisbel se esperaba mucho en la Gran Carpa. Reflejos envidiables, de guante “mágico”, con un desplazamiento realmente sorprendente, “El Grillo” iba a ser una de las grandes estrellas en el equipo de los Dodgers, tan pronto mejorara su bateo, pero todas las oportunidades las ha tirado por tierra.


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Desde que firmara un un contrato por valor de 25 millones de dólares en febrero de 2014, Erisbel no ha hecho otra cosa que meterse en problemas.

En julio de ese año fue el protagonista de una trifulca en un juego de Triple A.

Al año siguiente, fue suspendido de forma indefinida. Gracias a su apelación, le redujeron la pena a un mes, pero esta nueva indisciplina, que según Kapler, es consecuencia de “no cumplir de forma repetida con los términos de su contrato”, pudiera ponerlo de paticas en la calle y esta vez dudo que lo perdonen.

Eso no es lo peor. Lo peor de todo es que con esos antecedentes, aunque tenga más brazos que un pulpo, y más guante que una fábrica de guantes, ningún equipo de Grandes Ligas lo va a querer en su roster. Esa es una verdad inmensa.

Es curioso, cuando militaba en el Cienfuegos, contemporáneo con Puig, era este último “el problemático” y no El Grillito, quien siempre se le veía tranquilo, sedado y jamás metido en rollos de indisciplina.

De aquel que una vez dijera un manager “lo quiero en mi equipo, no para que me haga carreras, sino para que me las evite” no queda mucho. Si acaso el talento, pero ya sabemos que este, sin disciplina, no llegan lejos.

foto: Cortesía del blog El Elefante Verde

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