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El judoca cubano Iván Silva logró una espectacular medalla de oro en la final de los 81kg en el Grand Prix de Almaty, Kazajstán.
La victoria de Silva tuvo el sabor de la venganza. Su oponente fue nada más y nada menos que el italiano Matteo Marconcini, el mismo que lo había sacado del camino al oro en los cuartos del Grand Slam de Bakú, Azerbaiyán, el fin de semana pasado.
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Silva, tuvo un combate muy difícil antes de llegar a esta final. En su pool, estaba el holandés al holandés Frank de Wit, quien al parecer venía con malas intenciones, pues había derrotado al subcampeón mundial de Astaná 2015, el francés Loic Pietri.
El matancero, luego, batió en semifinales al brasileño Leandro Guilheiro y ahora en la final salió debajo ante el italiano.
Faltando un par de minutos para finalizar el combate, Iván logró marcar un wazari a su oponente en una acción que por momentos pareció que terminaría en Ippon, pero el italiano pudo meter su pie y caderas al colchón y no pegó su espalda.
Después de eso, Silva solo tuvo que mantenerse cauteloso.
Con esta actuación Silva logra el boleto olímpico a Rio de Janeiro.
El matancero es una de las grandes promesas cubanas en este deporte. Ha tenido una progresión excelente desde que lograra un bronce en el mundial juvenil hace apenas un par de años. Aún tiene 20 años y todo un mundo por delante en el yudo.
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