Con permiso de la Doctora en Ciencias e Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba, Olga Portuondo, tomo el título de su libro, uno de los últimos textos y más completos escritos sobre la historia de adoración a esa advocación de la Virgen María, porque por más que lo piense no se me ocurre una mejor definición de lo que representa para el cubano la Virgen de la Caridad del Cobre.
Más allá de ser un símbolo religioso, una advocación de la Virgen María, quizás una de las mayores incertidumbres del pasado histórico de la nación, un elemento cultural e identitario, y también, por qué no, uno de los atractivos turísticos más grandes de Santiago de Cuba, Cachita, como cariñosamente le dicen algunos, sin dudas está presente en la espiritualidad de todo aquel que se enorgullece de haber nacido en la Perla del Caribe e incluso un poco más allá...
Ese fue el denominador común de un panel realizado en Santiago de Cuba, como parte de las actividades por el centenario de la proclamación de la Virgen de la Caridad del Cobre como patrona de Cuba, y donde los criterios de una historiadora, un especialista del patrimonio, un respetado sacerdote y un investigador, justipreciaron, desde sus áreas de experticia, a la que es sin dudas uno de los elementos de cubanía más importantes de siempre.
Olga Portuondo, Premio Nacional de Ciencias Sociales (2010) y autora del texto La virgen de la Caridad del Cobre. Símbolo de Cubanía, ubica los inicios del culto criollo en el proceso de evangelización de los aborígenes cubanos al asumir, estos últimos, a la Virgen María como ídolo.
Como curiosidad, Portuondo señaló que la tradición oral ha transformado la historia del hallazgo de la Virgen, mientras que los cobreros –habitantes de El Cobre–, la convirtieron en un símbolo de unidad, no solo religiosa sino también social.
La también Premio Nacional de Historia (2005) y Premio Nacional de Investigación (2006) consideró que la proclamación de la Virgen de la Caridad del Cobre, a cien años del hecho, fue un reconocimiento a la personalidad, proyección y singularidad de Cuba hacia el resto del mundo, en el plano cultural, porque el inicio del culto a esa figura religiosa nació de la interacción de españoles, aborígenes y esclavos africanos.
Refiriéndose a la celebración, Portuondo dijo que “es una forma de reconocer el alma del pueblo cubano y a la conciencia de nuestra identidad”.
Por su parte, el Máster en Ciencias y arquitecto Omar López, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad, profundizó en la relación de la Virgen de la Caridad del Cobre con el patrimonio material e inmaterial del territorio santiaguero, es especial con el lugar de adoración de la imagen religiosa.
Aseguró que hoy El Cobre es una de las áreas con mayor singularidad del país, a tal punto que hoy se trabaja por su declaratoria como Patrimonio de la Humanidad, en el apartado de Paisaje Cultural, pues está vinculada al pasado esclavo, minero y religioso de la nación.
De este último, el Premio Nacional de Arquitectura (2001) aseguró que “Cachita” motiva una de las expresiones de religiosidad más bellas del país cuando cada ocho de septiembre, Día de la Virgen de la Caridad del Cobre, se realiza la peregrinación desde Santiago de Cuba al Cobre, y miles de personas van a rendir culto a la advocación de la Virgen María, un acto devenido hecho cultural de fuerte arraigo popular.
López, quien es considerado además como historiador, recordó la relación de la Virgen con diferentes espacios de la ciudad de Santiago de Cuba, entre ellos el Paseo Marítimo, frente al edificio de la Aduana, donde el Papa Pío XI autorizó la coronación canónica de la sagrada imagen, el 20 de diciembre de 1936, por el entonces obispo de la urbe, Monseñor Valentín Zubizarreta.
“Cuando las nuevas madres salen del hospital de maternidad cubren los recién nacidos con algún manto o ropón amarillo, buscando la protección u honrando a la Virgen de la Caridad del Cobre”. Con esas palabras comenzó su disertación en Doctor en Ciencias Carlos Lloga, quien es también investigador de la Casa del Caribe, y continúo asegurando que es una muestra de que esa figura religiosa está presente en la espiritualidad de todos los cubanos.
Cuando las nuevas madres salen del hospital de maternidad cubren los recién nacidos con algún manto o ropón amarillo, buscando la protección u honrando a la Virgen de la Caridad del Cobre
Lloga continúo con una incisiva afirmación: “La Virgen de la Caridad del Cobre trasciende cualquier estrecho marco, vive dentro de nosotros, dentro y fuera de las religiones”, y agregó que “la Virgen se sincretiza con todas las prácticas culturales del cubano, es una necesidad de cualquier religión tener una salida a la Virgen de la Caridad del Cobre, pues sus anclajes afectivos están en las personas”.
La Virgen de la Caridad del Cobre trasciende cualquier estrecho marco, vive dentro de nosotros, dentro y fuera de las religiones
En sus palabras, también abogó por discernir algunos conceptos cuando habló que en relación con la Patrona de Cuba existe una “devoción y no culto porque casi todos los cubanos, sin ser esta una afirmación científica, creen en la Virgen, todos la llevan en el corazón”.
Lloga sentenció que “la Virgen, igual que la bandera, une a todos los cubanos en la espiritualidad”.
La Virgen, igual que la bandera, une a todos los cubanos en la espiritualidad
El panel conversatorio “La Caridad que nos une” fue cerrado con las palabras del Padre Jorge Catasús, Párroco de la Iglesia de Santa Lucía y director de la Comisión Diocesana de Cultura del Arzobispado de Santiago de Cuba, quien dijo que hoy es un día grande para Cuba y explicó que muchos de los mambises de las luchas independentistas del siglo 19, que fueron muy devotos de la Virgen, llevaban encima sus medallas.
Comentó, además, que en un testimonio de Jun Gualberto Gómez se aseguraba que la devoción a Virgen era más fuerte entre el mambisado del oriente cubano razón por la cual era considerada la imagen del patriotismo cubano.
Ya en la República creció la popularidad de la Virgen hasta el punto de que un grupo de veteranos de las guerras libertarias escribieron al Papa Benedicto XV para que la Virgen fuera declarada por la iglesia católica como Patrona de Cuba, esa carta fue fechada el 24 de septiembre de 1915.
“Fue todo un acontecimiento en la ciudad y en el Cobre, estaban todas las autoridades eclesiásticas y se cuenta que más de mil veteranos fueron a esa localidad a caballo, para una celebración especial, estaban encabezados por los mayores generales Jesús Sablón Moreno “Rabí” y Agustín Cebreco Sánchez, también se celebró una misa donde fue leída la carta de petición. Se tardó menos de un año en recibir respuesta”, aseguró Catasús.
“Hoy estamos contentos por la celebración los 100 años de aquella proclamación pues tiene gran significación entre los cubanos pues una gran mayoría del pueblo siente gran devoción por la Virgen y aquellos que no son creyente, también saben lo que representa la mujer que está representada en el ícono cobrero”, puntualizó Catasús y agregó que “es un símbolo de cubanía, como ha señalado la Doctora en Ciencias Olga Portuondo, por lo que representa para Cuba, su identidad, su integración, para la unidad y reconciliación entre todos, es un momento luminoso para que todos los cubanos descubramos a esta mujer que se venera en El Cobre, y también en otras iglesias del país y otras naciones”.
Según se cuenta, la Virgen de la Caridad apareció por primera vez en 1612 ante tres pescadores que navegaban en una barca por la bahía oriental de Nipe. Esta imagen, también conocida como la Virgen mambisa, es un símbolo de identidad y cubanía, independientemente del contexto donde se le ubique.
La Virgen de la Caridad del Cobre fue declarada patrona de Cuba por el papa Benedicto XV el 10 de mayo de 1916, y en 2012, su imagen recorrió en peregrinación casi todo el país para venerar los 400 años de su hallazgo.
(Imágenes históricas, cortesía de la Oficina del Conservador de la Ciudad)
Imagen de portada de Rogelio Guerra Riverón, tomada de wikimedia
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: