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Según reporta en el sitio cachivachemedia.com la periodista Aracelys Avilés, el Manana Festival está llamando crecientemente la atención del público santiaguero, luego de que el evento se estuvo preparando durante más de un año entre Londres y Santiago de Cuba. Se trata del primer espacio de música electrónica y folclórica santiaguera que haya conocido la ciudad, y se nombra así, el Manana Festival.
Este festival de DJs o músicos, que actuaron en el teatro Heredia, o en la pista Pacho Alonso, el más amplio de los tres espacios donde se movió un Festival que contó, además, con cierta presencia extranjera, sobre todo procedente del Reino Unido, y otros países de Europa, de Brasil y otros países de América Latina. Estaban A guy called Gerald, el afamado DJ británico, pionero de la música electrónica; también los integrantes de Plaid, quienes se iniciaron en este tipo de música en el 91. Century y Sold of Hex de México; el cubano DJ Jigüe o el estadounidense Nicolas Jaar.
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Cada uno de ellos desfiló por los escenarios de Manana, mezclados o no con grupos de danza locales como el Ballet Folclórico de Oriente o Danza del Caribe, conjuntos de música tradicional como Diógenes y su changüí, Obbatuké, Rumba Ashé, Son del batey, y otros de tendencia más contemporánea como el grupo de reggae santiaguero Cuban Lions.
Harry y Jenner, los dos jóvenes ingleses que lideran el Manana Festival junto al joven rapero Alain García —miembro de TNT Resistencia—, tuvieron incesante actividad durante estos días, porque lo que parecía improbable se volvía una realidad: conectar artistas de la música electrónica no solo del Reino Unido, sino de todo el mundo, con lo más autóctono y tradicional de la música santiaguera, en un espacio público, donde la experiencia pudiera compartirse entre mucha gente.
Harry Follett estaba interesado en recibir clases de percusión y su maestro brasileño en el Reino Unido lo puso en contacto con un viejo conocido en Cuba: Alain. Cuando el inglés llegó a La Habana, Alayo, como lo llaman algunos, lo esperaba con su nombre en un cartel.
“Las clases estuvieron buenas, pero lo más importante de este viaje, fue conocer a Alain y entender que teníamos ideas similares en cuanto a la música. Muy rápido formamos una especie de sociedad y decidimos abrir un estudio de grabación en Santiago”, cuenta Harry.
Una vez tomada la decisión regresó a Inglaterra, midió sus ahorros, dejó el trabajo y se fue a vivir a Cuba por seis meses. El estudio tardó un mes en abrirse: “La primera idea fue traer tecnología a Santiago, crear el estudio, grabar sonidos, grabar a la gente, un poco de música santiaguera, experimentar con eso y hacer un álbum que fuera como la reflexión del sonido en Santiago, pero procesado por la tecnología”, explica Harry.
“Estábamos fascinados, y entonces nos dijimos, ¿solo vamos a hacer un álbum? ¿Eso es todo lo que vamos a hacer, un CD, decir adiós y dejar que otros promuevan esta música?”, comenta Harry, ya convencido para ese entonces de que un Festival donde ambos géneros pudieran fusionarse, era la idea más acertada. Dedicó el resto de su estancia en Cuba a grabar ensayos o presentaciones en vivo de grupos como Obbatuké o Rumba Ashé,.
Jenner del Vechio, amigo de Harry, dedicó todo un año a recabar fondos para el Manana. Hacía falta conseguir 80 mil dólares en cuatro semanas. Para el Festival, además del dinero de los donantes de Kickstarter, Manana tuvo el apoyo de varios tipos de patrocinadores: dos que entraron esencialmente con dinero: Fania Records y Havana Club, diferentes compañías que aportaron equipamiento, y “media partners” como el sitio Resident Advisors, que aportaron publicidad gratis, entre otros servicios.
Manana deja en Santiago la experiencia de una rutina de producción diferente, y logró convocar alrededor de 400 extranjeros del Reino Unido, Irán, México, Perú, Jamaica, Francia, India y de ciudades estadounidenses como San Francisco y New York, en una etapa del año que es considerada temporada baja para el turismo. El empaste entre dos sonoridades, de texturas y orígenes muy diferentes, puede ser el pretexto, y lo está siendo, para un intercambio mucho más amplio.
(fuente y foto cachivachemedia.com
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