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Jorgito, como todos lo conocen, es un joven discapacitado camagüeyano que ha logrado llevar a cabo sus más ambiciosos sueños gracias a su tenacidad y al tratamiento que ha recibido a lo largo de su vida por un conjunto de médicos y de personal de rehabilitación, también con el incansable apoyo de sus padres.
Luego de años de intensos tratamientos de rehabilitación para superar una grave parálisis cerebral, matriculó la carrera de Periodismo en la Universidad "Ignacio Agramonte" de Camagüey.
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De cómo sucedió este milagro y de cómo percibe la realidad en Cuba y en el mundo puede conocer la vida de este perseverante joven a través de diversos temas sobre los cuales escribe en su blog jorgitoxcuba.net.
En su blog el actual periodista cuenta que es natural un poblado nombrado Cándido González, en el municipio Santa Cruz del Sur, es hijo de Marta Belisario Hernández graduada Licenciada en Filosofía e Historia y de Jorge Jerez Tejeda Licenciado en Derecho.
Nació el 8 de marzo de 1993, el naciemiento fue normal y también su peso y talla, dice que durante el primer trimestre del embarazo su mamá tenía bajo peso, pero luego realizó un embarazo normal y sin trastornos, sin embargo, a las 48 horas de nacido presentó un íctero (coloración amarilla de piel y mucosas) fisiológico agravado, por lo que debieron realizarle exsanguíneo-transfusiones, transfusión, o cambios de sangre, para bajar las cifras de bilirrubina que eran muy altas y potencialmente dañinas para su cerebro inmaduro.
Luego le diagnosticaron una infección generalizada, producida por un germen denominado Klebsiella y ahi comenzaron las primeras manifestaciones de daños neurológicos. Permaneció varios días en terapia intensiva y luego en el servicio de neonatología del Hospital "Eduardo Agramonte Piña" en Camagüey.
Luego el niño fue remitido a la consulta del Doctor Luis Pérez, para evaluar la conducta a seguir, luego de realizado los exámenes el doctor le explicó a sus padres que Jorgito había padecido una Parálisis Cerebral Infantil y que su desarrollo no sería igual al de los demás niños, en aquel momento la noticia produjo un efecto doloroso, pero la convicción de que una estimulación temprana, y el adecuado tratamiento de rehabilitación serían la nueva luz de esperanza para el futuro le señalaron el camino.
En poco tiempo se notó que el niño no se movía en la cuna, que no tenía movimiento en las extremidades, incluso, no levantaba la cabecita para anunciar que ya había despertado, el niño sufría una cuadriparesia espástica.
Sus padres acudieron al Instituto de Neurológía en la capital de Cuba, allí se ratificó el diagnostico inicial y se insistió en que la estimulación temprana y la rehabilitación serían determinantes para su posterior desarrollo.
Continuaron los ejercicios para alcanzar el sostén de la cabeza pues como había explicado el especialista, para avanzar, tenía que alcanzar este importante dominio. La madre y el niño fueron ingresados en el Hospital de Rehabilitación "Julio Díaz" en la capital, el tratamiento debía ser fuerte. A los 26 meses, de intenso batallar, ya Jorgito dominaba y sostenía la cabeza y de allí comenzó una larga y más difícil carrera para lograr fortalecer el tronco y con ello trabajar en la posibilidad de sentarse.
También, el resto del desarrollo psicomotor era muy lento, al punto que cuando al año de nacido le realizaron una evaluación psicomotora y psicométrica se comprobó que su desarrollo era de un menor de 4 meses. Los esfuerzos para ir logrando vencer los obstáculos y que caminara, parecía algo inalcanzable, hasta que lograron que el niño caminara solo, sin ayuda del andador.
Luego de lograr esta meta, el próximo reto, que se impusieron el Dr. Luis Pérez, los demás especialistas, y los padres, fue lograr la plena inserción social del niño. Así, con 5 años de vida, fue incorporado a la Escuela Especial de Lenguaje, "Enrique José Varona", allí fueron esenciales los ejercicios de logopedia, para vencer las barreras que imponía su disartria. Junto a la rehabilitación diaria, en este período jugó un papel muy importante las clases de música que le impartió una gran maestra, que a esa temprana edad, según dicen le despertaron muchas neuronas dormidas, le ayudaron a perder el miedo escénico y a desenvolverse en público.
En dicha escuela comenzaron las clases de computación, con una máquina que le entregaron para practicar esta ciencia en la que, según sus profesores, tenía habilidades especiales. En segundo grado pasó a una escuela de la enseñanza regular, hasta terminar la educación primaria. Paralelo a esto recibió cursos de computación, al principio iba con la mamá, luego su papá lo dejaba y al terminar lo recogía. La computación se convirtió en parte de su vida.
La escuela secundaria la cursó en Camagüey, obtuvo excelentes resultados académicos. El preuniversitario lo inició en en un centro deportivo, la Escuela de Superior de Perfeccionamiento Atlético "Inés Luaces", en la especialidad de ajedrez, al concluir este nivel educacional obtuvo un promedio académico de 99,87 y fue seleccionado el alumno más integral.
Realizó las pruebas de ingreso para la Universidad, y pudo ingresar a la carrera de periodismo. Hoy Jorgito es todo un periodista ha obtenido cinco puntos en la defensa de su tesis, en acto académico efectuado en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz.
No hubo concesión alguna durante el acto de defensa del trabajo de diploma. Sacrificio, voluntad y entrega son los símbolos que lo han llevado a obtener esta calificación y el Título de Oro otorgado. Este es un joven digno de elogios y de admiración ha sabido sobreponerse a las limitaciones y secuelas de una parálisis cerebral infantil, y ha logrado cumplir en igualdad de condiciones, el reto de estudiar y graduarse como licenciado en Periodismo.
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