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Hasta la prórroga tuvo que llegar el Barça para doblegar al Sevilla, en un partido lleno de accidentes, lesiones, expulsiones y grandes jugadas, que concluyó 2-0 a favor de los catalanes.
Sin goles concluyó el tiempo oficial, por lo que Barcelona y Sevilla tuvieron que ir al alargue para decidir quién se quedaría con el título de la Copa del Rey en esta temporada.
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Y la duda la resolvió Lionel Messi, con una tremenda asistencia que agarró y convirtió Jordi Alba en el minuto 97, durante el primer tiempo de extensión.
Difícil fue el partido para el Barça, que tuvo que sobrevivir con 10 hombres a partir del minuto 35, cuando expulsaron a Mascherano por derribar a Gameiro, quien se había quedado solo frente a la portería de Ter Stegen.
Peor se puso la cosa en el 56, cuando Luisito Suárez tuvo que abandonar el juego lesionado.
Sin embargo, Sevilla no pudo aprovechar la ventaja, en gran medida por las actuaciones defensivas de Piqué y Ter Stegen.
Finalmente, el choque se niveló cerrando el segundo tiempo, cuando fue expulsado Banega por derribar a evitar Neymar para evitar un gol cantado.
Tras comenzar la prórroga, con la ayuda de Iniesta, el mago Messi no necesitó más que 7 minutos para servirle a Jordi Alba el primer gol del juego.
En el inicio del segundo alargue, vino la debacle del club andaluz cuando quedó con 9 jugadores, tras la salida de Carriço, quien fue castigado con amarilla por derribar sin piedad a Messi, y acto seguido recibió otra por protestar.
Ni un minuto demoró en notarse la diferencia de jugadores en el campo, y Messi volvió asistir un gol, esta vez culminado por un gran tiro de Neymar.
El FC Barcelona consiguió con este peleado juego su segunda Copa del Rey consecutiva y la número 28 de su historia, para reafirmarse como el equipo más ganador de estas competiciones.
También completó el doblete de Liga y Copa, algo que logró en 1998, en la era Guardiola.
(Imagen tomada de www.elpais.com)
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