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Unas 160.000 personas son diagnosticadas hoy en Cuba con Alzheimer u otro tipo de demencia. Esta situación podría agravarse para el año 2040, cuando los afectados con este mal degenerativo alcancen la cifra de 300.00, un 2,7% de la población cubana.
"Sin una intervención efectiva, es decir, si no se logra una cura para esta enfermedad en los próximos años, el número de cubanos con demencia se incrementará en 2,3 veces para 2040, lo cual equivale a 300.000 personas con demencia, un 2,7% de la población”, advirtió el Dr. Juan Llibre Rodríguez, presidente de la sección cubana de Alzheimer, en referencia a un estudio que se lleva a cabo en la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
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Como recoge también el diario oficial Granma, el estudio "Demencia, fragilidad y dependencia: 10 años de seguimiento de personas mayores cubanas", abarca una muestra de 3.015 personas de 65 años o más y cuenta con la participación de médicos de diferentes especialidades, licenciados en psicología y enfermería, y estudiantes de medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana y Matanzas.
"En Cuba la prevalencia de síndrome demencial es del 10,2% en la población de 65 años y más, donde entre un 60 y 70% de los casos corresponde a la enfermedad de Alzheimer, siendo la primera causa de discapacidad en adultos mayores y la mayor contribuyente de dependencia, necesidad de cuidado, sobrecarga económica y estrés psicológico en el cuidador", adelantó Llibre Rodríguez.
Entre los factores de riesgo encontrados por la pesquisa, iniciada en 2003, se incluyen la edad avanzada, enfermedades crónicas vasculares como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, la enfermedad cerebrovascular, además de otros factores de riesgo como el hábito de fumar, la obesidad y colesterol elevados en la edad media de la vida, y elementos genéticos.
"Un quinto de los adultos mayores estudiados fueron clasificados como frágiles y el 7% requiere cuidados la mayor parte del tiempo", acotó Llibre Rodríguez.
De igual forma, la investigación demostró, que como vía para batallar contra estas enfermedades degenerativas, resalta el efecto retardante de la educación y la actividad física para alejar el inicio de la enfermedad o no desarrollarla.
Imagen tomada de: tvazteca.com
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