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Desde hace meses se venía abordando el tema con regularidad, pero hasta el momento nadie había pronunciado una cifra definitiva. Hoy, en la Mesa Redonda, en un programa titulado "Industria Alimentaria en Cuba: Presente y Futuro" se ha anunciado. Sí, Cuba tendrá que importar 5 millones de cajas de cervezas. De lata o de botellas, pero tendrá que importarlas. Se espera que el margen comercial de compra para este "nuevo producto" permita ofertalas al mismo precio que aquellas de producción nacional.
Según la especialista invitada al programa, una de las causas de la insatisfacción de la población con respecto a la escasez del producto está dado, porque "la infraestructura para la producción de cerveza nacional no solo es reducida (apenas existe una fábrica en Santiago de Cuba, otra en Villa Clara y una en Camagüey, quienes producen el 52%), sino que de estas tres, la más moderna es la camagüeyana, que ya cuenta con 30 años de explotación.
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"¿Qué se puede esperar de una fábrica que practicamente funciona gracias a las inventivas de la ANIR y las BTJ?", se preguntó.
La funcionaria explicó además que la fábrica Bucanero de Holguín, produce el otro 48%, pero es la responsable del 75% de la producción enlatada o en botellas de cristal.
Fuera del análisis frío, cabría preguntarse. ¿Cómo se le puede explicar a un extranjero que nos visita, que viene a conocer sus playas, su historia, su música, su gente, y que cuando termine de dar ese gigantesco paseo a pie que suelen dar los turistas cuando llegan a Cuba, quiera pedir una cerveza cubana para refrescarse, y tengamos que decirle: no tenemos cerveza cubana? ¿Entendería de déficit, de falta de piezas de repuesto? ¿Cómo explicarle que la ANIR y las BTJ hacen maravillas con lo poco que tienen, pero así y todo nos es imposible ponerle una cerveza cubana, y fría en su mesa?
No fueron unos, ni dos, ni tres los estudios que durante muchos años abordaron seriamente el impacto que tendría la economía cubana, el día que el embargo y las muchas leyes que giran a su alrededor, fueran abolidos. Siempre se habló de la insuficiente capacidad hotelera (la Habana, por ejemplo, en par de ocasiones tuvo que "liberar" el alojamiento en las casas particulares), del escaso parque automotriz para las rentas. Se hablaba también de la escasa conectividad, de que serían los llamados paladares los que reemplazarían los restaurantes estatales, pero nunca nadie sospechó que llegaría el día en que la Cristal, la Bucanero, y por qué no, la Mayabe desaparecerían de bares y cantinas.
¿Importar cerveza extranjera? ¿Cinco millones de cajas?
Recuerdo los días en que las fría más "maluca" se vendía en los carnavales a 0.60 ctvos. No olvidaré nunca el rostro de Felipe, el cantinero del bar piscina en Pasacaballos, Cienfuegos, el día que mi padre llegó y le dijo: "tráeme cuatro cajas de Pillsener Urquell" Eran caras aquellas. Cada cerveza costaba - creo - 1.20 pesos.
Es imposible olvidar tantas marcas. Polar, Tropical, Hatuey, Tínima, Mayabe, Cristal...
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