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Tal día como hoy se cumplen 194 años del fundado del poblado de San Antonio de Cabezas y para ‘celebrarlo’ sus habitantes llevan dos semanas sin suministro de agua.
Una celebración nada agradable debido a que la turbina que abastece esta región sufrió una rotura a finales de mayo que todavía no está reparada.
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Por si fuera poco, los vecinos señalan como responsable del daño a la torpeza de los operarios ya que el Instituto de Recursos Hidráulicos en la provincia instaló nuevos equipos de bombeo.
Soluciones vetadas por las autoridades locales
Ante la falta de un líquido clave, una de las soluciones planteadas por los vecinos de la zona ha sido la de costear los servicios de los camiones cisternas para tratar de acelerar la resolución del problema. Sin embargo, la respuesta de las autoridades locales ha sido prohibir esta iniciativa.
En este sentido el precio de una pipa de agua, como se le conoce popularmente, oscila entre los 180 y los 250 pesos cubanos.
La otra alternativa es aprovechar la fuente de abasto más cercana, situado en a unos cuatro kilómetros del centro del pueblo, pero el traslado de agua es muy complicado por las crecientes dificultades para adquirir el combustible para los coches.
Recursos dependientes del Gobierno
Otra de las opciones es aprovechar el tanque elevado y la turbina, que funciona con petróleo, previstas para situaciones de emergencia provocadas por terremotos, huracanes o problemas eléctricos.
Según la información aportada por Cubanos Por El Mundo, las autoridades locales todavía están a la espera de la orden que emita el Ejecutivo Central para poder resolver la crisis del agua.
Los últimos datos conocidos en la Asamblea Nacional del Poder Popular indican que los salideros y averías provocan pérdidas cercanas al 50% del agua que se bombea a nivel nacional.
En la actualidad Cuba está experimentando una de las sequías más intensas que se recuerdan en los últimos 115 años.
Pese a lo anterior la Iglesia Católica sacará a las calles una imagen de San Antonio para tratar de hacer realidad la historia de los pobladores de más edad, quienes cuentan que en años anteriores han sido frecuentes los aguaceros durante la procesión popular.
Imagen de archivo, de IPS
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