El realizador cubano Ian Padrón compartió en Facebook una propuesta de 5 medidas que podrían ayudar a mejorar el béisbol cubano, que atraviesa una de las peores crisis de su historia.
Creador del excelente documental Fuera de liga, dedicado al equipo Industriales de La Habana, Ian Padrón enumeró 5 medidas, que no solo mejorarían instantáneamente el béisbol cubano, sino que además serían gratis.
1- Equipo Nacional Unificado. Todos los nacidos en Cuba o descendientes de cubanos, tendrán el mismo derecho a representar a nuestra isla.
2- Reducir el número de equipos de la serie nacional a 8, o quizás a 6, para concentrar la calidad de los atletas que aún juegan en Cuba.
3- Respetar a los atletas desde todo punto de vista, no tratarlos como soldados o con el paternalismo y el teque político.
4- Traer a presidir la comisión nacional a personas dentro del béisbol cubano, que tengan una jerarquía ganada por sus resultados, calidad en el terreno y prestigio a nivel nacional. Pienso de pronto en 3 grandes como Jorge Fuentes, Javier Méndez o Pedro Medina. Hay varios más.
5- Respetar el reglamento del Salón de La Fama y permitir la autonomía de esta importante institución que prestigiará la historia y los valores del béisbol cubano.
Los 5 puntos de Ian Padrón encabezan una lista casi infinita de cambios que tendría que sufrir la pelota en Cuba para mejorar, que van desde los estructurales, como profesionalizar la liga nacional, hasta los morales, como pedir disculpas por toda clase de abusos de que han sido víctimas los peloteros cubanos a largo de las últimas décadas, desde los profesionales a los que se les prohibió jugar en los años 60, los jugadores que han sido injustamente separados de sus equipos provinciales y de la selección nacional en todos estos años o los peloteros que han sido obligados a retirarse por los más diversos motivos, entre otras muchas.
Menos engorrosos, la ventaja de los 5 puntos propuestos por Ian es que no implican gastos inmediatos o preparatorios. La desventaja es que supondrían un cambio de mentalidad que difícilmente se daría en Cuba en poco tiempo, lo cual es lamentable, pues siempre es una pena que algo funcione mal cuando está en nuestras manos cambiarlo.
En cuanto al punto uno, los principales dirigentes del deporte cubano se oponen a que los peloteros de adentro se contaminen con los de afuera, algo que se va volviendo imposible, ahora que los de adentro comienzan a contratarse en ligas extranjeras. Los de afuera siguen siendo considerados traidores, aunque se los invita a dar clínicas infantiles en la isla. Contradictoria, excluyente y obsoleta, la separación entre cubanos está destinada a desaparecer. De eliminarse, en horas se conformaría un equipo unificado de peloteros que estarían deseosos de representar a su país en el próximo Clásico Mundial.
La reducción de equipos divide los gustos de muchos cubanos: entre los que están a favor, pues concentraría la calidad, como ocurre en todas las ligas del mundo, y los que están en contra, pues prefieren la representación provincial en la Serie Nacional, equivalente a una primera división. Más romántica que necesaria, esta última es defendida por las autoridades cubanas, al menos de forma oficial.
El teque, el paternalismo y el irrespeto son constitutivos al sistema político cubano, por lo que sería casi imposible que desaparecieran, de no darse un cambio de mentalidad política a nivel nacional y en cada rincón de la vida pública del país.
No parece que un cambio de los dirigentes deportivos actuales por otros con más prestigio solucione el asunto. Sus decisiones rara vez son personales, y varios de los que dirigen ahora alguna vez también tuvieron prestigio. No obstante, un cambio por otros con visión más progresista sería ideal.
La crisis del Salón de la Fama del Béisbol Cubano, que el propio Ian Padrón ayudó a reconstruir, remite a la fractura que existe entre los que se fueron y los que se quedaron. El gran Antonio Pacheco sigue sin ser elegido por haberse ido de Cuba. Y en cuanto a su independencia, en la isla las instituciones no tienen autonomía, sus políticas se rigen por control estatal y centralizado, por lo que un Salón de la Fama independiente es por ahora solo una fabulación.
Durante años, Ian Padrón ha sido un entusiasta seguidor del béisbol cubano. Radicado desde 2015 en Estados Unidos, Ian presentó en 2003 el documental Fuera de liga, uno de los mejores materiales sobre béisbol que se haya hecho en Cuba. La obra hace un recuento de la temporada 2001-2002 de la Serie Nacional de Béisbol como punto de partida para relatar la historia del equipo Industriales, pero que a la vez es un pretexto para revelar los males del béisbol cubano, la intolerancia oficial practicada contra peloteros quedados en el exterior, a quienes se les niega incluso su condición de cubanos, las malas condiciones de vida de los jugadores en la isla, las carencias de implementos y el estado de deterioro de los terrenos y medios de transporte de los peloteros, todo condimentado con entrevistas a jugadores retirados y en activo, intelectuales como Leonardo Padura y aficionados en general.
Fuera de liga fue censurada en Cuba durante 5 años en los que se prohibió su exhibición en la isla, lo que no impidió que los cubanos la vieran y disfrutaran como obra de culto.
(Imagen tomada de perfil en Facebook de Ian Padron)
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