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Robertico Robaina es una figura bien conocida en Cuba y en México. Todo un "artista" de la diplomacia y el negocio.
Si en algún país tuvo, y aún tiene relaciones Robertico es ahí, en la tierra de Benito Juárez, donde sus "contactos" al más alto nivel le garantizan incluso después de tantos años, un lugar donde exponer sus pinturas.
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Pero Robertico no saltó a la palestra internacional por su arte pictórico. Ni quien robó sus obras lo hizo porque conocía su pintura. No. Al menos esa no debe ser la causa; el robo parece ser un acto fortuito.
Para los más jóvenes que no conocen de quien les hablamos, debemos decirles que Robertico Robaina era el primer secretario de la UJC en Cuba y uno de los dirigentes más carismáticos y de los preferidos por Fidel Castro a finales de la década de los 80' y primeros años de la del 90´.
En marzo del 93, y a la primera oportunidad que tuvo en sus manos Fidel, y sorprendiendo a todos, Robertico fue ascendido a Primer Ministro; un puesto que desempeñó no sin críticas, hasta que un día, del estrellato cayó al suelo y terminó, como un empleado más en el Parque Metropolitano de la Habana.
Quien hizo célebre aquello de "el que no salte es yanqui", el ministro que dicen fue el primero que comenzó a "dar botella" y que montaba bicicleta Forever para trasladarse a su oficina en el MINREX, estuvo implicado - por obra y gracia de un matrimonio - en un escándalo de venta de VISAS, viajes al extranjero, salidas hacia los EE.UU (vía México) y otras peculiaridades, que el gobierno cubano nunca se empeñó en aclararle al pueblo, pero personas "más allegadas" a su esposa, se encargaron de servir como informantes a las autoridades cubanas.
Luego de eso, Robertico se las vio bien negras.
Su nombre se manejó con el bajo perfil acostumbrado y las puertas se le fueron cerrando, hasta que un día, amparado por las oportunidades dadas a la pequeña empresa en Cuba y con algunos viejos contactos que le quedaban de la época en que fue Primer Ministro, decidió abrir una paladar (restaurante) primero, y otra después, a la par que desarrolló una carrera pictórica de dudosa calidad; pero bien sabemos los que conocemos un poco de "mecenazgo y pinturas" que con buenos contactos se puede vivir decentemente de lo que se pinta, y que el nombre, en muchas ocasiones vende más que el propio pincel.
Y ahora, incluso, "se roban" hasta sus pinturas.
Al menos es lo que ha sucedido en México.
Según la agencia Notimex, un taxista huyó con las obras del Ex-Canciller cubano mientras estas eran trasladadas a la Asamblea Legislativa para una exposición.
En total fueron 12 pinturas, con un valor aún no revelado, que formarían parte de una muestra denominada "Dos humanistas en la Ciudad de México, Roberto Robaina y Olof Palme, dos personajes, una misma visión". El evento estaría programado para comenzar a las 11:00 horas del lunes próximo.
fotos: El Lagarto Verde y Cuba Encuentro
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