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Los cubanos que viven en países desarrollados seguramente más de una vez han (hemos) visto imágenes en televisión en que miles de kilogramos de frutas o vegetales son aplastados y lanzados en medio de una carretera como forma de protesta o huelga del sector agrícola.
Cualquier cubano que haya visto imágenes como esas, seguramente habrá lamentado el desperdicio de comida, porque venimos de una Isla donde la comida no sobra, y donde nos enseñaron que no se dejaba comida en el plato ni se botaba nada aunque comiéramos del mismo potaje durante tres días, hasta que se acabara la cazuela.
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En mi experiencia ibérica, todavía sufro por el recuerdo de unos ganaderos que botaron miles litros de leche en medio de una avenida española hace unos años.
Me quedé horas traumatizada y comentando el recuerdo del litro de leche que les daban a los niños en Cuba solo hasta los 7 años, y todo ello acompañado de la fábula eterna de nuestras escaseces isleñas.
Más digno de elogio me parecen los agricultores y ganaderos que manifiestan su protesta “regalando” en vez de tirar, que sin duda es una forma mucho más noble de enseñar a quienes no entienden que cada trabajo tiene su valor y que debe ser exigido. Es acto de elemental justicia, pero hay formas y formas.
Si trabajo nos cuesta a los cubanos acostumbrarnos ―aunque vivamos hace años “fuera”― a imágenes que nos traen el recuerdo de nuestras propias necesidades y penurias años atrás, cómo no rabiar ante una imagen como esta, captada en La Habana por Ernesto Rodríguez Morales, y publicada hoy en la web de Cubadebate.
La oficialidad del medio de prensa que se ha hecho eco indica que no es falsa, trucada, antigua ni de otro país.... y que es algo que en general indignará a todos: a los de adentro, a los de afuera, a los del medio y ello sazonado desde las posturas ideológicas que se quiera.
El autor acompañó su imagen de una nota que explica de qué se trata: comerciantes en La Habana que prefieren tirar su mercancía antes que rebajarla.
Conocida es la necesidad que están pasando muchos cubanos para poder incluir en su canasta básica un mínimo de productos del agro, dados los elevados y muchas veces surrealistas precios.
Por ello, una imagen como esta y la explicación que la acompaña, preocupa, entristece, avergüenza y nos lleva a pensar que del “el lobo, el bosque y el hombre nuevo” solo nos va quedando "el hombre lobo del hombre".
A continuación reproducimos el texto de Ernesto Rodríguez Morales publicado en Cubadebate.
¡Imagen fuerte, opino yo! Al observarla lo primero que se puede pensar
es: problemas en la recogida de los desechos. Sí, ese es grave, muy grave (hago la observación que este basurero se encuentra detrás de los quioscos de comida frente a la CUJAE, y por ende muy cerca del vertedero general, algo así como en casa de herrero…).
Pero cuando mi compañero de trabajo y yo tomamos esta foto, no fue precisamente para criticar el problema anterior, aunque ya lo hice, sino
Si dijera que la imagen no es en Cuba, sino en un país desarrollado, pudiera pensarse en una superproducción de alimentos o algo por el estilo, tantas veces criticado, pero no es el caso, y me atrevo a asegurar que quien o quienes botaron estos vegetales prefirieron dejarlos podrir y botarlos antes de rebajar el precio.
¡Qué indolencia! Es cierto también que cada cuál hace con su mercancía lo que le de la gana, pero lo triste es la forma de pensar de muchos comerciantes, particulares o no, hoy en día aquí en Cuba, una mentalidad que se refleja en estas acciones.
(Imagen tomada de Cubadebate)
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