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Al joven artista de la plástica Oandris Tejeiro, más conocido como Joa, se le encargó este año hacer el rostro del diablo que se quemará en la última jornada del XXXVI Festival del Caribe. Esa es una de las actividades más importantes del programa del evento, pues con la tradicional ceremonia se dice adiós a lo malo y se prepara el camino para la próxima Fiesta del Fuego. Lo curioso en esta ocasión es que satanás será bembón.
Joa, con una consolidada trayectoria de expresión artística contra la marginalidad y un discurso que profundiza en los fenómenos de marginación y racismo en Cuba, resalta en sus obras aquellos rasgos identitario de la raza negra, como son los labios gruesos y las narices anchas. Por esa razón su diablo, ese que se quemará al finalizar el Desfile del Fuego el día nueve de julio, lleva su sello y tendrá una bemba de grandes proporciones.
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“Este año, igual que el anterior, tengo que hacer la cabeza del diablo; el año pasado empecé y la terminó el artista Gilberto Martínez, pero en la presente edición sí la termino yo. Será de papel maché, con elementos muy autóctonos del arte en Santiago de Cuba, con materiales de desecho para darle este toque de arte poder”, aseguró Joa.
Añadió, además, que “el diablo se inspira en lo grotesco, lo feo, las personas pasan a mi alrededor y siempre lo asociación con un amigo feo, es usual utilizar elementos de la cultura popular y tradicional que aboguen por la burla… el de este año tiene dreadlocks de tela, hechos con ropas viejas tejidas, tiene varias pinturas, y eso sí, tiene nariz de negro y es bembón, es un diablo con rasgos africanos”.
Es esta una pequeñísima pincelada de toda la vorágine cultural y tradicional que trae a la ciudad de Santiago de Cuba el Festival del Caribe. Llega los primeros días de julio a la ciudad y la sumerge en un ambiente singular: es el momento y lugar de Cuba donde más se ponderan y legitiman algunas de las religiones populares que se practican en la nación.
La quema del diablo, junto a los desfiles del Fuego y de la Serpiente, la Oda a Yemayá en la playa de Juan González, la entrega de la mpaka a la próxima nación a la que se dedicará el evento, los toques y rituales en la ceremonia de la Fiesta de los Cimarrones celebrada en la loma donde se encuentra situado el Monumento al Cimarrón, en El Cobre, son algunas de las actividades más importantes de este evento.
Festival del Caribe, el gran mosaico multicultural
Si Santiago de Cuba es considerada la Capital del Caribe, y la Fiesta del Fuego el evento más importante sobre la cultura del área, entonces julio es el mes de la efervescencia de las tradiciones más caribeñas de esta suroriental urbe, pues además de la realización de esa cita, acoge los carnavales acuático, infantil y de adultos.
Pero es el Festival del Caribe el encargado de “abrir” todo un mes donde se puede ver en Santiago, más que en cualquier otro lugar de Cuba, las expresiones más genuinas de la cultura popular. En la tierra caliente palpitan las tradiciones del barrio, de las comunidades, en julio, ese sentimiento se maximiza, con telón de fondo las congas que invaden la ciudad y el calor que llega para reinar.
En siete días, del tres al nueve de julio, el Caribe se abre en toda su expresión y magnitud en Santiago de Cuba. Sesionan los encuentros de poetas, los talleres internacionales de religiosidad popular, teatro, música y oralidad. Se realizan exposiciones de artes plásticas y se realizan lanzamientos de libros y revistas con temas afines al Festival.
La Fiesta del Fuego es un vínculo espiritual que apuesta por preservar las más auténticas expresiones de la cultura popular y tradicional en los países que se precien de pertenecer al Caribe. Y más aún, es un jolgorio que espera y agradece el pueblo.
“Esa es la naturaleza del Festival”, afirmó Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, y acotó que “jamás la perderá mientras quede alguien en la Casa del Caribe que haya sido tocado por la savia de Joel James Figarola”.
Coloquio Internacional “El Caribe que nos une”: un espacio para visibilizar lo invisible
Si las actividades en las calles, barrios y comunidades, también aquellas que ya son una tradición y se esperan por su colorido y riqueza cultural, son la parte más “divertida” del festival para las personas, es el Coloquio Internacional “El Caribe que nos une” el corazón científico de la Fiesta del Fuego, y una de sus razones fundamentales.
Kenia Dorta, subdirectora de investigaciones de la Casa del Caribe asegura que en esta edición 36, igual que en las anteriores, mantiene su esencia de “dialogar en torno a los problemas importantes en la conformación del Caribe, una mirada contemporánea hacia esos procesos”.
Importancia este año tendrá el análisis de los aportes de los afroecuatorianos, que según Kenia Dorta “ha sido invisible, relegado, y por supuesto, la Casa del Caribe y el Festival del Caribe, con esa vocación de visibilizar y darles voz a aquellos componentes de la identidad cultural de trascendencia para la formación del Caribe, ha enfatizado en ese elemento afrodescendiente”.
El legado de la esclavitud a 130 años de su abolición, un debate en torno a ese tema, también resalta como uno de los ejes temáticos más importantes del coloquio, pues es muy necesario “no solo para la sociedad cubana contemporánea hoy, sino para la reproducción social en el Caribe”, detalló Kenia.
Las sesiones teóricas, en esta ocasión, también abordan las improntas del novelista santiaguero José Soler Puig en el centenario de su nacimiento, y del antropólogo y director fundador de la Casa del Caribe y de la Fiesta del Fuego, Joel James Figarola, a 10 años de su desaparición física, “dos santiagueros con una dimensión internacional. El día ocho la clausura está dedicada a estas dos figuras”, sentenció.
Y una agradable novedad trae el coloquio en su edición 36, se trata de la presentación del primer libro de la Fundación Nicolás Guillén. Reinier Rodríguez, colaborador de esa institución en Santiago de Cuba, explicó que se trata del texto “Presencia negra en la cultura cubana”, una interesante compilación que es un resumen de un curso que se impartió en 2013 en Universidad para Todos, donde prestigiosos intelectuales de todo el país justipreciaron en todas las áreas posibles el valor de la raza negra en la cultura cubana.
Nuevas luces sobre la presencia francesa en el Caribe y Cuba
La Casa Dranguet, en el Centro Histórico de la ciudad de Santiago de Cuba, aún con el olor de un local recién estrenado, ya gana su espacio dentro del Festival del Caribe y lo hace con aspiraciones bastante grandes. Esta institución pretende, nada más y nada menos, que aportar nuevas luces contemporáneas a la influencia francesa en la llamada “tierra caliente” y un poco más allá de las fronteras provinciales.
Yaumara López, directora de la institución y del Proyecto Caminos del Café de la Oficina del Conservador de la Ciudad, explicó que pretenden tener nuevos abordajes a la temática de los franceses, no solo de los tradicionales como la familia, presencia en la trama urbana y la caficultura, sino también lo que se realiza para revitalizar esos enfoques.
“Vamos a tener a los especialistas del Plan Maestro de la Oficina del Conservador de la Ciudad quienes hablarán de la revitalización de la zona cercana al puerto de Santiago, que en el siglo XIX era un espacio abierto de la urbe, Santiago era una ciudad puerto, estaba abierta al mar, eso es algo que los santiagueros estamos retomando en la actualidad, y es importante mostrar al público qué está pasando en estos momentos con esos estudios sobre los franceses”, detalló Yaumara López.
Más contemporáneo también es el Proyecto Los Caminos del Café, y “qué se está haciendo en el turismo para el aprovechamiento y gestión económico de los espacios importantes de la ciudad”, sentenció.
La Casa Dranguet es la sede del Centro de Interpretación y Divulgación del Patrimonio Cultural Cafetalero, una iniciativa que pretende crear un vínculo entre la ciudad oriental y las haciendas cafetaleras patrimonio de la humanidad que se encuentran en la provincia
En el marco de la Fiesta del Fuego no solo sirve de espacio para los análisis científicos y teóricos, aprovechará la ocasión para presentarse como uno de las locaciones más sugerentes del centro de la urbe, pues en las noches acoge actuaciones de diferentes grupos portadores, que se unen al siempre atractivo de la institución, de saborear, según muchos, el mejor café de la ciudad.
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