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“A ustedes les toca cambiar y mejorar la sociedad que tenemos, discutir sus contradicciones, hacerla moderna e insertarla a las dinámicas globales de la actualidad, pero no confundan eso con retroceder, con ceder valores ineludibles de la cultura política compartida”, advirtió Raúl Garcés, decano de la Facultad de Comunicaciones ante 200 estudiantes egresados, que recibieron sus títulos en el Aula Magna de la Universidad de La Habana (UH).
En el acto estuvieron presentes además, Enrique Villuendas, funcionario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Antonio Moltó, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba.
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Garcés habló además de "la importancia de mantener viva las lecciones de la historia en los momentos actuales" y dijo que "el desafío que se avecina es, además de ideológico, comunicativo".
Según al menos dos de los graduados ayer, en conversación "privada" sostenida con este redactor, "el discurso del profe Garcés fue muy bonito, pero nos hubiera gustado que hablara más de nuestro futuro como profesionales de la prensa en Cuba".
Y yo añadiría: poco convincente.
¿Por qué? Porque ninguno de los 200 graduados ayer, ni los aproximadamente 200 que se graduarán - quizás - el próximo año, tiene claro ahora mismo, como proceder a "insertar en la actualidad" las dinámicas comunicativas en Cuba, sin Ley de Prensa que ampare el ejercicio periodístico, y continuar trabajando bajo los mismos preceptos de censura que rigen el periodismo cubano desde hace años.
Este escribidor añadiría que el profe Garcés, tampoco les explicó "cómo harán mejor periodismo", ni les dió consejos sobre cómo lidiar el enfrentamiento entre la realidad que se vive en las calles cubanas y la realidad "virtual y complaciente" que día a día invade los estanquillos cubanos; o como proceder con las fuentes que no quieren dar entrevistas, o los editores jefes que engavetan trabajos medianamente críticos, o cambian de manera abrupta y descarnada algunas de las historias que sobre su mesa depositan.
Mucho menos se les arrojó un poco de luz sobre las mejoras salariales en un sector tan importante como lo es la prensa.
Culminan cinco años de estudios sí, pero... ¿mejorarán las condiciones espirituales y económicas para los miembros del gremio?
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