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A la presidencia nacional de la AHS
Estimado Rubiel:
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Comienzo estas líneas diciéndote que lo hago en un estado en el que no acostumbro a tomar ninguna decisión pues considero que el sentirse molesto, avergonzado y decepcionado no son buenos consejeros, pero por otra parte creo que es mi deber hacerlo. Te escribo estas líneas no solo como alguien que durante casi siete años formó parte del ejecutivo de la AHS en Holguín, sino como un miembro más de la organización que presides y que desde el día que decidí unirme a ella me siento parte activa y responsable de la misma.
En estos días he estado al tanto de lo sucedido recientemente con la decisión de la Dirección Nacional de “liberar” a Rubén como presidente de nuestra organización en Holguín y quien fuera elegido democráticamente por la gran mayoría de nuestra membresía, algo que no sucede casi siempre con los que presiden nuestra organización a lo largo y ancho del archipiélago. Si hace unos meses quedé molesto y preocupado con el actuar de la Dirección Nacional en torno a la carta enviada por quien ocupaba una de las vicepresidencias de la AHS en Holguín y luego el anónimo, no tan anónimo, ahora te confieso que lo estoy aun más. Y razones tengo, de las cuales pudiera decirte varias pero no es esta la vía para hacerlo.
Desde el proceder de ustedes a raíz del problema causado por Raulito me pregunto si soy miembro de una organización artística o política. Te confieso que me parece que estuviera presenciando una clásica cacería de brujas o una aquelarre donde al final alguien tiene que ser sacrificado para complacer a Lucifer, porque eso es lo que parecen los últimos acontecimientos al que ustedes han llevado a nuestra organización en Holguín. Pareciera que para alguien o algunos, la AHS en Holguín se ha convertido en un elemento molesto al cual hay que escarmentar de alguna manera y el mejor modo de hacerlo es tomando represalias con quienes la dirigen como si con ello fueran a eliminar la manera de pensar y de actuar que durante años ha caracterizado a los jóvenes escritores, artistas y promotores culturales de este territorio.
Lo sucedido en la última Asamblea Provincial es muestra una vez más de que no tenemos miedo de decir y de hacer con tal de solucionar lo que nos afecta. Desde hace muchos años ha sido y seguirá siendo así y eso espero que tu lo tengas claro a partir de que lo sucedido hace solo unos días comience a convertirse en un problema político para la organización que presides. No tengo constancia de que algo similar haya sucedido antes en alguna de nuestras filiales provinciales pero lo que si tengo claro es que buscar chivos expiatorios no consigue nada.
Hoy Holguín está sin presidencia y sin ejecutivo provincial, pero te confieso otra cosa: estoy orgulloso del actuar de nuestro ejecutivo. Quizás no era el de más experiencia pero lo que si me consta es que la gran mayoría de ellos tiene el temple y la valentía para tomar la decisión que han tomado varios de ellos. Quien lo diría. Una de las filiales más prestigiosas de nuestra organización en el país en medio del caos y en la punta de la lanza de varios que han fabricado manchas para insertárselas al sol con tal de no ver su luz. Creo que en algún momento tendrás que rendir cuentas a nuestra membresía sobre lo sucedido y además tendrás que responsabilizarte con los efectos que la decisión tomada traerá consigo sobre todo en el funcionamiento y la vida orgánica de nuestra organización en Holguín. Mientras tanto, las palabras de Martí seguirán dándome aliento porque como él tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura y en la utilidad de la virtud. No sé si seguirá siendo así para con la organización a la cual pertenezco.
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