Vídeos relacionados:
Un delegado del Poder Popular en el poblado de Soroa, municipio de Candelaria, nombrado Juan Carlos Hernández, dimitió esta semana a su cargo por "por no poder darle solución a las demandas de los pobladores de la zona·, un hecho poco común en esa hermosa isla que llaman Cuba.
Hernández habría aceptado a principios del 2015 el nombramiento hecho por sus electores, como un voto de confianza y respeto a sus múltiples virtudes.
Lo más leído hoy:
Un año después, dice sentirse "cansado de la inoperancia de las instituciones estatales, de tanta corrupción y tan poco interés por resolver los problemas".
En entrevista dada al diario 14ymedio Hernández admitió sentirse muy decepcionado de lo que vivió, escuchó y vio, en ese año en que fue delegado.
"Aquí todo el mundo está viviendo del cargo y metiendo mentiras a trocha y mocha, no les importan los demás", dijo.
Y en gesto de humildad dijo, ha ido casa por casa, a visitar a todos los vecinos de la zona, "para explicarles sobre su renuncia y los motivos que lo llevaron a tomar esa decisión."
"No sirvo para engañar a nadie y estoy cansado de que me engañen como si fuera un niño", expresó molesto.
La gota que colmó la copa, o digamos, el guisaso que llenó el gorro de Hernández, está relacionado con una mentira más, entre tantas, de las que sufrió en carne propia.
Narra Hernández que en la reunión de rendición de cuentas del delegado a sus electores, en noviembre del 2015, el funcionario Andrés Ligoña, presidente del Poder Popular municipal, le aseguró a los vecinos-votantes-electores-residentes de la Circunscripción, que en el 2016, ¡al fin!, se concluiría el Consultorio del Médico de la Familia. Una obra comenzada - no se asuste usted, amigo lector - ¡hace 27 años!
Sí, el Consultorio comenzó a construirse en 1989 - ¿había usted nacido? - pero por falta de recursos y por la mala organización de las entidades implicadas, se detuvo la obra. Entre las causas para la interrupción de la ejecución, se argumentó que no había "fuerza estatal" para construirlo Entonces los vecinos pidieron se les diera los materiales, que ellos la levantarían, pero nunca los autorizaron.
Una propuesta suya, de otorgarle un terreno a un grupo de vecinos para construir sus casas, tampoco se le autorizó.
Y no pudo más el Delegado.
En una reunión ante militantes del Partido Comunista de la zona, Hernández se puso de pie y renunció, no sin antes "cantarle las cuarenta" a todos.
Un testigo presente en el acto de la renuncia lo resumió así:
"Lo escuché y me dije: este está loco. Habló fuerte. Dijo cosas que nadie había tenido el valor de decir y mucho menos al núcleo del partido. Lo curioso es que todo el mundo se quedó callado y nadie se atrevió a decir nada"
La renuncia del delegado provocó que funcionarios del Poder Popular municipal pidieran a Pablo Laurencio, el delegado anterior a Hernández, que ocupara temporalmente el cargo "hasta nuevas elecciones"; pero Laurencio dijo que nananina.
"Salí de ese lío y no vuelvo ni loco", confirmó con sabiduria campesina al periodista de 14 y medio.
foto portada: www.netssa.com
Archivado en: