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El boxeo cubano afronta la cita olímpica de Río con el objetivo de recuperar el sitio de honor que nunca debió abandonar, ocho años después de no ganar ningún oro en Pekín 2008.
Según informó la agencia AP, la incursión de los púgiles de la Isla en el mundo profesional ha elevado su nivel y mejorado su adaptación a las nuevas reglas del boxeo olímpico.
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Todos estos ingredientes hacen que Cuba aparezca en los inminentes Juegos Olímpicos de Río como una de las máximas favoritas para acumular un buen botín de medallas.
En este sentido el presidente de la Federación Cubana de Boxeo, Alberto Puig, explicó que "no podemos hablar de cuántas preseas conquistaremos en total, pero nueve de nuestros púgiles podrían lograr una de cualquier color".
Es la primera ocasión desde Atenas 2004 que la expedición caribeña viajará con un equipo completo, ya que tendrá un boxeador en cada una de las 10 divisiones. Para la cita carioca estarán siete participantes que ya estuvieron en Londres 2012.
Concretamente lideran el listado dos campeones olímpicos de 2012, el wélter Roniel Iglesias y el gallo Robeysis Ramírez. Además están el ligero Lázaro Álvarez y el wélter ligero Yasniel Toledo, quienes se colgaron el bronce en la ciudad londinense.
Asimismo vuelven a una Olimpiada el mosca Yohany Veitía, el semicompleto Julio César La Cruz y el completo Erislandy Savón. También habrá espacio para tres debutantes como el mosca ligero Johannys Argilagos, el mediano Arlen López y el súper completo Lenier Pero.
Los boxeadores que irán a Río ganaron la Serie Mundial 2016, una competición clave la recuperación del boxeo. Y es que la cita de 2004, donde se consiguieron cinco medallas de oro, dos de plata y una de bronce, marcó un punto de inflexión en la trayectoria de Cuba. En aquel momento el país vio como se produjo la fuga de sus principales figuras.
Los laureados olímpicos Yan Barthelemí, Yuriorkis Gamboa, Odlanier Solís, Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara dejaron un hueco muy difícil de llenar y llevó a la perdida de la hegemonía de Cuba.
El momento para recuperar el camino perdido llegó cuando la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) creó la Serie Mundial, un torneo semiprofesional.
Las autoridades cubanas insertaron en ese torneo a sus púgiles hace tres años, ganando en 2014 y 2016. La selección perdió la final en 2015.
"La Serie Mundial nos permitió ir aplicando nuevos métodos de entrenamiento, tuvimos que preparar a nuestros atletas de manera multilateral porque nunca habían tenido combates de cinco asaltos, sin cabecera y sin camiseta como es en la Serie Mundial", explicó Raúl Fernández a la AP, uno de los entrenadores del equipo cubano desde hace 34 años.
(Imagen de archivo).
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