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Los gobiernos de Cuba y EE.UU han realizado notables progresos desde el deshielo iniciado a finales de 2014, pero la política de la nación norteña hacia la isla sigue siendo “conflictiva e incoherente”, según el diario The New York Times.
Bajo el editorial “La conflictiva política de EE.UU hacia Cuba”, la conocida publicación recuerda que Washington y La Habana han acordado cooperar en la salud, contra el tráfico de drogas, en la agricultura e iniciativas medioambientales; así como los vuelos comerciales entre los dos países previstos para este otoño y "las primeras incursiones comerciales en un mercado que ha estado fuera de los límites norteamericanos en décadas", ello referido a compañías hoteleras y de telecomunicaciones que han establecido negocios con el gobierno cubano.
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No obstante, el periódico lamenta que el embargo estadounidense hacia la nación caribeña, sigue “firme en su lugar, y los esfuerzos en el Congreso para comenzar a desmantelarlo han hecho poco progreso", siendo esto es obstáculo principal entre ambas naciones para concretar aspectos primordiales de su agenda bilateral.
"Mientras la Casa Blanca promueve el compromiso como el enfoque más prometedor para permitir un cambio positivo, una obstinada coalición de legisladores insiste en que Estados Unidos sigue moralmente obligado a mantener las sanciones en su lugar hasta que —en palabras de la plataforma del Partido Republicano—, los gobernantes corruptos de la Isla sean forzados a dejar el poder y dar cuenta de sus crímenes contra la humanidad".
El NYT imagina un escenario sin embargo comercial y sostiene que, en ese caso, "a presión popular para las reformas más radicales crecería, y al Gobierno le resultaría más difícil de justificar su represión de los disidentes afirmando que son agentes de una conspiración extranjera".
El editorial también se hace eco del período de austeridad anunciado por Raúll Castro recientemente y recapitula los "pasos modestos” del gobierno cubano para expandir el acceso a Internet en la isla y difuminar el marco centralizado de la economía “con el establecimiento de docenas de zonas WiFi, donde los cubanos pueden conectarse en línea, además de su voluntad de crear un marco regulatorio para pequeñas y medianas empresas privadas".
"Los grupos disidentes, por su parte, informan de que sus filas han crecido constantemente, a medida que más cubanos se reafirman en su visión de la democracia representativa con fuertes garantías para las libertades civiles", acotó.
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