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Ubicados en la variante biográfica del cine histórico, la veintena aproximada de filmes que integran los ciclos Genios de la pluma y el escándalo y Grandes genios de la pintura, ofrece notables posibilidades de placer y conocimiento a los espectadores interesados.
En tanto el biopic, o subgénero biográfico, es una de las variantes principales del llamado “filme de prestigio”, y aparece desde los primeros tiempos del cine hasta las más recientes ceremonias del Oscar o el festival de Cannes, se explica la presencia de tales filmes en la cartelera de verano, comprometida con el entretenimiento.
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En el ciclo titulado Gigantes de la pluma y el escándalo, se destaca la norteamericana Mishima: una vida en cuatro capítulos (1985, Paul Schrader) que narra, al principio y al final, el último día de la vida del escritor, y se intercalan pasajes de su infancia, en blanco y negro, o momentos de su obra literaria, puestos en escena de manera teatral.
La impactante monumentalidad de Mishima: una vida en cuatro capítulos, se ve perjudicada, a ratos, por su tono excesivamente literario y casi didáctico. De todos modos, da cuenta del interés mundial por uno de los autores japoneses más conocidos internacionalmente.
La francesa Los amantes del siglo (1999, Diane Kurys) sobresale, entre otras muchas razones, por las apasionadas actuaciones de Juliette Binoche y Benoit Magimel, quienes prestan sus rostros y pasión a la novelista George Sand y el poeta Alfred de Musset, enredados en un amor imposible, del tipo “ni contigo ni sin ti”.
Además de las ya mencionadas, el ciclo Gigantes de la pluma y el escándalo, que se concentra en el cine La Rampa, incluye Violette (Francia, 2013), Luna en Brasil (Brasil, 2013), Hamsum (Suecia-Noruega, 1996) y la norteamericana Truman Capote (EUA, 2005).
En el acápite de los pintores, hay biografías también francesas, y muy prestigiosas, de Van Gogh y Lautrec, genios mayores del postimpresionismo, dos hombres cuyos desgarramientos existenciales se tradujeron, inexplicablemente, en la creación de belleza y armonía.
Al lado de Van Gogh y Lautrec, están Los fantasmas de Goya, que el checo Milos Forman dedicó al genial artista español y a su lidia con la censura y la Inquisición, y Mr. Turner, una de las mejores y más recientes biografías de pintores, en este caso consagrada al más significativo paisajista en la historia del arte británico.
Enriquecen el ciclo, la coproducción griego-española El Greco (2008, Iannis Smaragdis) protagonizada por Juan Diego Botto y la francesa Renoir (2012, Gilles Bourdos) con Michel Bouquet.
Ambos ciclos significan otro esfuerzo del ICAIC por tratar de atraer espectadores a los cines a través de filmes espectaculares o atractivos, que tampoco renuncien a la posibilidad de educación y cultura ligada a la esencia del llamado séptimo arte.
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