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Entre los infaltables fuegos artificiales, una gran cantidad de juegos de luces, los grupos de danza y un avión 14 bis que sobrevuela el escenario y homenajeará a su inventor Santos Dumont, no podía faltar la samba en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río.
Si bien la temática dominante en la ceremonia inaugural tiene que ver con un resumen de la historia de Brasil, en el cual destaca la llegada de tres carabelas al territorio sudamericano, las construcciones de indígenas esclavizados y las actuales favelas, pues a juzgar por el ensayo del domingo, la ceremonia de apertura cuenta la historia oficial de Brasil sin grandes sorpresas.
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Un baile hermoso de indígenas que tejen formas geométricas con cables iluminados queda interrumpido cuando arriban las carabelas portuguesas. Luego, se dedica un gran espacio de la ceremonia a la llegada de cinco millones de esclavos, y a la inmigración japonesa.
Tampoco podía faltar la música, recurso principal de la cultura brasileña. Aunque se escucharán otros ritmos como funk y rap, habrá una recreación de la música popular tradicional a través de la famosa canción Garota de Ipanema, aquella que celebraba la belleza de una mujer llena de gracia, con su balanceo al ritmo del mar. Garota de Ipanema ha devenido una suerte de himno nacional de la cultura brasileña, y estará presente en la ceremonia sobre todo en el momento en que la antorcha olímpica, símbolo del espíritu deportivo de los Juegos, será llevada por la brasileña Helô Pinheiro, conocida por inspirar el célebre tema musical.
Pinheiro, actualmente de 71 años, estará entre las 600 personas que llevarán la llama olímpica desde el hoy miércoles hasta el viernes en su recorrido a lo largo de unos 90 kilómetros por Río. Ella fue musa de la canción de bossa nova compuesta por Vinicius de Moraes y Tom Jobim en 1962. Otros conocidos portadores de la antorcha serán el exfutbolista Cafú, capitán de la “canarinha” campeona del mundo de 2002; Jackie Silva, la jugadora de vóley-playa que fue la primera medallista olímpica de Brasil, así como Carlos Alberto Parreira, entrenador de la selección de fútbol campeona del mundo en Estados Unidos 1994.
La llama será llevada el viernes temprano al cerro del Corcovado hasta la icónica estatua de Río del Cristo Redentor, luego al no menos emblemático morro del Pan de Azúcar. En la noche del 5 de agosto, día de la inauguración de los Juegos, la antorcha llegará finalmente al mítico estadio Maracaná para la ceremonia de apertura olímpica, tras haber recorrido más de 10.000 kilómetros y haber visitado 325 ciudades en Brasil.
En la ceremonia inaugural, también se escuchará la célebre Garota de Ipanema escoltando a la súpermodelo brasileña Gisele Bündchen, quien debe desfilar además por el escenario al sonido de los conocidos acordes.
También habrá una escena de carnaval al son de Jorge Ben, y se representa el levantamiento casi milagroso de enormes metrópolis como Sao Paulo y Río mediante un baile de trabajadores de la construcción que trepan los rascacielos al son de la excelente Construçao de Chico Buarque.
Fernando Meirelles, uno de los tres cineastas implicados en la inauguración, explicó que “hemos gastado una pequeña parte de lo que se gastó en Pekín o Londres, lo cual está bien porque hay cosas más importantes en las que gastar en Brasil.”
El show inaugural requirió unas 400.000 horas de trabajo a lo largo de cinco años, con la participación de 5.000 voluntarios y 300 personas encargadas directamente de la producción. Para la fiesta se emplearán unos 3.000 kilos de fuegos artificiales, así como 36 kilómetros de tejido para 12.000 trajes.
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