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La música brasileña, es decir, el complejo rítmico y melódico que integran, entre otras manifestaciones, la bossa nova, la samba, el choro, la sertaneja o lo gaucho, alcanza una enorme riqueza y variedad. A continuación enumeramos diez de las canciones brasileñas que alcanzaron popularidad mundial, y que por estos días, con la trasmisión televisiva de los juegos olímpicos desde Río, pueden cobrar vigencia.
1. Para no entrar en discusiones sobre representatividad y calidad, dos conceptos muy escurridizos en términos de música, aceptemos Garota de Ipanema como una de las canciones brasileñas más reconocidas de todos los tiempos. La modelo brasileña Gisele Bündchen (foto), “simplemente” caminando, al ritmo de la canción, convirtió ese momento de la inauguración en un espectáculo memorable. La famosa canción de Tom Jobim ganó un Grammy en 1965 y estuvo interpretada por Daniel Jobim, el nieto de Tom.
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2. Aunque acatemos la decisión de los organizadores, siempre a uno le queda la sensación de que en la inauguración olvidaron la prodigiosa Águas de Março, también de Antonio Carlos Jobim. Famosísima en una versión prodigiosa en la voz de Ellis Regina, la canción habla lo efímero de todas las cosas dentro de un universo inconmensurable. Estaba en perfecta sintonía con el tema ambientalista tan exaltado en la ceremonia.
3. Y si bien, la inauguración nos privó de Aguas de marzo, por los menos nos regaló un fragmento de la rítmica y graciosa País Tropical, que hicieran mundialmente famosa, en los años sesenta, Sérgio Mendes y su grupo, sobre todo por aquel estribillo de “país bendecido por Dios, y bonito por naturaleza”.
4. También se acordaron, con justicia (en el segmento que aludía al levantamiento del Brasil moderno, el de las grandes urbes), de Construçao, una de las canciones más extraordinarias compuestas en lengua portuguesa. Quién no recuerda aquello de “danzó y se rió como si oyese música, y tropezó en el cielo con su paso alcohólico, y flotó por el aire cual si fuese un pájaro, y terminó en el suelo como un bulto fláccido, y agonizó en el medio del paseo público, murió a contramano entorpeciendo el tránsito.” Chico también la grabó en español.
5. Considerada algo así como un segundo himno nacional, Aquarela do Brasil, fue compuesta por Ary Barroso en 1939, al año siguiente ya se ubicaba entre las sambas carnavalescas más populares, y el éxito mundial se debió a que Walt Disney la incluyó en su animado Saludos Amigos, y así se convirtió en un exitazo dentro y fuera del país, algo así como la Guantanamera brasileña.
6. Manhã de carnaval, con letra de Antônio Maria y música de Luiz Bonfá, fue compuesta para la hermosa película francesa, filmada en Rio, Orfeo negro, y cuenta la mañana siguiente del carnaval, luego del baile y la locura, debe preguntarse uno si hay un después.
7. Chico Buarque merece de sobra dos menciones en esta lista, y entre su enorme repertorio de canciones bellísimas, una parte de ellas comprometidas con las desigualdades sociales y la miseria de un país maravilloso, está A Banda (1964) que lo hizo popular mundialmente y cuenta la historia del poder de la música para borrar tristezas y trasmitir alegría y deseos de vivir.
8. Para completar de una vez las deudas con Tom Jobim, y con esas canciones extraordinarias, aunque su intimismo y tristeza tal vez las hicieran inapropiadas para una ceremonia, hay que mencionar, Eu Sei Que Vou Te Amar y Chega de Saudade, en las cuales se confiesa la entrega absoluta a la persona elegida con una pasión y ternura casi insuperables.
9. La hibridez de un país sincrético se expresa a la perfección en Más que Nada, de Jorge Ben, grabada en 1963, en su primer álbum Samba Esquema Novo. El compositor se atrevió a innovar con la fusión entre lo tradicional y lo moderno, y Más que nada fue conocidísima en todas partes, gracias también a las versiones de Ella Fitzgerald, Dizzie Gilespie o Al Jarreau, y a la muy exitosa y reciente de Black Eyed Pea con sonido hip hop.
10. En la ceremonia estuvo, cantando a dúo con Gilberto Gil, Caetano Veloso. Y aunque las cámaras apenas reparó en la presencia de alguien cuya importancia en la música brasileña es similar a la de Benny Moré en Cuba, Paul McCartney en el Reino Unido o Bob Dylan en Estados Unidos, los que conocen su obra recordamos varias de sus grandes canciones. Corazón vagabundo tal vez hubiera sido una buena opción. Solo que es muy triste, como casi todas las grandes canciones.
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