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Eliécer Ávila Cicilia, quien preside el movimiento opositor cubano Somos +, ha publicado en su perfil de Facebook una reflexión que expresa su criterio sobre la actitud adoptada por los opositores cubanos que permanecen en huelga de hambre, desde hace ya varios días, en Cuba.
Eliécer no menciona directamente a Guillermo Fariñas, quien constituye el caso más paradigmático de opositor que ha utilizado en reiteradas ocasiones la huelga de hambre como forma de protesta ante el Gobierno de la Isla.
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Sí menciona, sin embargo, a Carlos Amel Oliva, de quien dice que es su amigo, y hacia quien expresa su admiración. El texto acaba adoptando la forma de carta dirigida a Carlos Amel, a la vez que reflexión general sobre el tema.
El joven opositor ha hecho la publicación en su página personal, y no en la del Movimiento que representa, ello indica, según aclara explícitamente en el texto, que la suya es una opinión personal que no abarca, necesariamente, el criterio de los restantes miembros de Somos +.
Previendo, a priori, que sus ideas en lo relativo a la huelga de hambre como método de presión política pueden resultar polémicas, Eliécer no duda en partir de una aparatosa frase: “que me quemen en la hoguera, pero así lo veo yo…”
A continuación reproducimos íntegramente el texto publicado por Eliécer Ávila.
Que me quemen en la hoguera, pero así lo veo yo…
Creo que debo decir en este momento lo que pienso de la situación de los seres humanos que están en huelga de hambre, especialmente de mi amigo Carlos Amel.
En Somos+, siendo respetuosos de las decisiones que ellos tomaron, les enviamos en su momento nuestros mensajes de solidaridad. No porque creamos que la huelga de hambre funcione como método, para lograr nada hoy en Cuba. Sino, porque nos pareció siempre injusto que la gente de a pie no supiera lo que estaba pasando y los motivos de estas decisiones extremas.
Hoy, quiero expresar mi criterio como persona, como hombre y como amigo. Esta no es una declaración oficial del Presidente de Somos+, es la opinión de Eliecer Ávila.
Me muero de dolor cuando veo las imágenes de Carlos, un joven inteligente, padre de dos hermosos hijos y con un futuro por delante, que está en riesgo de sufrir traumas irreversibles e incluso de morir, para reclamarle cosas a un sistema cruel y despiadado que ganaría más con su muerte que con su vida.
Si él fuera miembro de mi organización no le hubiera permitido hacer algo así, o por lo menos hiciera hasta lo imposible por persuadirlo de lo contrario. Creo que hay muchísimas maneras más eficaces de generar presión, más cuando en teoría se cuenta con miles de activistas en todo el país, para que ahora simplemente se dependa de la salud y hasta la muerte de estos jóvenes para poder avanzar.
Yo no sacrifico la vida de nadie como un “costo natural” de ninguna batalla política, al contrario, alentar una actitud como esta me parece un crimen. Mucho más hacerlo desde la abundancia de las mesas de muchos que hoy encienden el Facebook con mensajes como: “La muerte de estos patriotas abonará el camino de la libertad”. Eso es cínico.
No veo cómo la muerte de los líderes que deben motivar a la gente e impulsar los cambios pueda ayudar en algo. Siento desde hace días la necesidad de decirlo aunque para algunos no sea correcto políticamente. Hoy no me pude aguantar más.
Nuestra lucha es por la vida, por la familia, por el futuro, por nuestros hijos. Todo lo cual pierde sentido si nos morimos.
Nada material vale que Carlos Amel y cualquiera de los otros deje de respirar. Yo daría con gusto todo cuando poseo porque un hombre como él viviera, y viviera mucho, porque la nación lo necesitará cada vez más. Ya en el pasado muchos patriotas con sus presiones empujaron a la muerte a nuestros mejores hombres. Yo no formaré parte del club de los que empujan, aceptan, o promueven un acto tan horrendo que más que aportar alguna ganancia política, mancharía eternamente no solo nuestra historia, sino nuestras conciencias.
Carlos, amigo, yo quiero asistir a tu investidura, no a tu funeral…
¡No le regales tu vida a estos cabrones compadre!
Te quiero y te respeto siempre.
Eliecer Ávila
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