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Rafael Da Costa Capote ha vuelto a Río después de nueve años; una ciudad que le trae recuerdos amargos y alegres a la vez.
Río fue, para Capote, el primer peldaño en su historia de superación personal.
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Capote integraba con apenas 19 años la selección nacional de Cuba de Balonmano, que asistió a los Juegos Panamericanos de Río 2007, fue allí, no precisamente por anotar 20 tantos en un partido que Rafael comenzó a ser noticia. Hoy, es una de las estrellas del balonmano de los Juegos Olímpicos, pero hace apenas 9 años atrás, era un joven deportistas cubano que decidió abandonar la selección en busca de un sueño: ser jugador profesional, poder batirse con los mejores del mundo, y ser parte de uno de los mejores equipos del mundo. Un club, digamos.
Algo tenía claro en ese 2007: jugando por Cuba nunca lograría lo que quería.
Un jugador cubano residente en Brasil, le ayudó en la fuga.
Capote recuerda de esa noche que llovía fuerte, que salió corriendo lo más fuerte posible y que se montó a un taxi.
Meses después, empezó a jugar en Brasil. Ahí, en el gigante sudamericano lo captaron y fue a Europa, al continente de las mejores ligas a probarse.
Ahora juega con Catar, subcampeón del mundo. Y es titular.
foto: Google
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