Ante las recientes regulaciones impuestas por las autoridades del tránsito, los taxistas cubanos han buscado alternativas, nada decorosas, para continuar comprando combustible en el mercado negro sin que dicho acto ilícito disminuya sus ganancias o sea avistado por la ley.
Como bien dice aquel viejo refrán “hecha la ley, hacha la trampa”, en Cuba la inventiva no es poca si de sobrevivir se trata; y para los boteros o choferes de almendrones dedicados a trasladar personas de un extremo a otro de la cuidad por el “módico” precio de 10 pesos cubanos, “sobrevivir” es lucrar.
Si bien alivian la situación actual del problemático transporte público, los almendrones no solo devienen un vestigio de una sociedad subdesarrollada, sino que contribuyen hoy a una cadena corrupta que fomenta la desviación del combustible otorgado a centros laborales y es ahora permisiva con la venta de recibos “por la izquierda” en las gasolineras (Cupet) de La Habana.
“Asere, eché 20 litros de petróleo en el Cupet y el tipo no me quería dar el recibo, eso es porque los venden después”, comentó hoy un pasajero dentro de uno de estos almendrones, lo cual provocó la respuesta rápida del chofer: “Sí, si yo los compro, están a dos cañas los vales de 15 a 20 litros”, reportó una fuente confiable a CiberCuba.
Y es que esta se ha vuelto la más reciente respuesta de los taxistas cubanos al tope de tarifas impuesto por el Ministerio de Transporte (MITRANS). Luego del recorte o desviación de las rutas convenidas, para cobrar más de lo habitual sin subir los precios, los boteros ahora pueden comprar recibos ajenos obtenidos en los Cupet.
¿Cómo? La propia entidad se niega a dar el vale tras una transacción legal hecha por otros dueños de autos particulares, luego los “pisteros” de estas gasolineras conservan los recibos para venderlos después a los choferes interesados.
Ello ofrece una cuartada perfecta si el chofer es detenido por autoridades del tránsito, quienes están obligados a solicitar los recibos para verificar si la transacción de combustible se ha llevado a cabo por la vía legal. Así ha sido estipulado desde hace unos días para controlar la actividad ilícita en torno a venta de petróleo.
No hay duda entonces de que las medidas para contener las tarifas convenidas por la iniciativa privada del transporte está siendo un fracaso total, y, como es costumbre, las malas políticas que no toman en cuenta la realidad no hacen más que entorpecer más aún la ya agitada vida del cubano de a pie.
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