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Los actos de violencia siguen aconteciendo en Río de Janeiro mientras los Juegos Olímpicos siguen su trascurso y el último sucedió con un autobús que trasladaba a un grupo de periodistas entre el complejo deportivo de Deodoro y el principal centro de prensa en Barra da Tijuca.
El vehículo fue atacado y acabó con los cristales destrozados tras un fuerte impacto. Por el momento las autoridades policiales desconocen si el ataque se llevó a cabo con armas de fuego o piedras.
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"Se sintió un ruido cómo un crack", explicó un fotógrafo de la agencia Press Association a BBC. No hubo que lamentar víctimas, aunque dos de los pasajeros sufrieron cortos provocados por las esquirlas del vidrio.
El suceso tuvo lugar este martes a la altura de Curicica, localidad aledaña a la conflictiva favela de Ciudad de Dios.
Escenas de temor en el interior del autobús
Ante la dureza del impacto la primera reacción de los pasajeros fue lanzarse al suelo, en medio del desconcierto.
"Escuchamos dos impactos en el lado derecho del bus, dos ventanales se quebraron. La confusión era si eran balas o piedras", relató Gastón Sainz, periodista del diario argentino La Nación, a la agencia AFP.
"Nos tiramos al piso y a los dos minutos vino la policía, paró el micro y nos escoltó hasta el centro de prensa con los vidrios rotos", añadió.
El periodista Bernardo Cruz, de la publicación Lance, que volvía de cubrir un partido de baloncestol, no pudo asegurar si se trató de balas perdidas o piedras, ya que no se encontraron balas.
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