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Río de Janeiro, 12 ago (EFE).- Uno de los tres agentes que fue atacado en una de las favelas de Río de Janeiro falleció en la noche del jueves, según confirmaron fuentes oficiales.
Los hechos sucedieron el pasado miércoles cuando tres miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad fueron asaltados en la la favela Vila do João, dentro del operativo de vigilancia de los Juegos Olímpicos.
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El agente fallecido, identificado como Helio Vieira y de 35 años, había llegado a Río de Janeiro para integrar durante los Juegos Olímpicos la Fuerza Nacional de Seguridad, un grupo de élite de la Policía en Brasil, procedente de la Policía Militarizada del norteño y amazónico estado de Roraima.
"Michel Temer (el presidente interino de Brasil) decretará luto oficial por la muerte de nuestro héroe. Honra y dignidad a nuestros policías", publicó el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, en su perfil de la red social Twitter.
Después del ataque, que ocurrió cuando los policías entraron por engaño a la favela Vila do João, en el llamado Complexo da Maré y controlada por narcotraficantes, tropas de la Fuerza Nacional de Seguridad cercaron este jueves dos favelas de Río de Janeiro.
Otro de los policías tiroteados sigue hospitalizado y el tercero salió ileso.
La Fuerza Nacional de Seguridad puso en marcha una aparatosa operación para capturar a los narcotraficantes que atacaron a los patrulleros.
En la operación de búsqueda de los pistoleros también participan soldados del Ejército, agentes de la Policía Federal y miembros de las fuerzas de elite de la Policía de Río de Janeiro.
El Complexo de Mare era considerado como el último gran bastión del narcotráfico en Río de Janeiro hasta abril pasado, cuando fue ocupado por 1.200 policías, apoyados por blindados militares.
Pero algunos grupos de narcotraficantes aún actúan en la región, considerada clave para la seguridad en los Juegos Olímpicos debido a que es atravesada por la vía que comunica el aeropuerto con la mayoría de las instalaciones olímpicas.
La inseguridad ha generado preocupación entre los periodistas internacionales que cubren los Juegos Olímpicos especialmente desde que un autobús de la organización que transportaba a doce comunicadores fue atacado al parecer con piedras, aunque algunos de los testigos insisten en haber escuchado tiros.
Tanto en la sala de prensa del Parque Olímpico de Deodoro, una zona próxima a favelas en las que actúan narcotraficantes, como en las caballerizas para los animales de los concursos de hípica han sido encontradas balas de armas de grueso calibre.
También el escuadrón antiterrorismo de la Policía Federal ha detonado varios objetos sospechosos, pero en ningún caso se comprobó la presencia de artefactos explosivos, el último de ellos en el pabellón en el que se disputó el partido de baloncesto masculino entre Nigeria y España.
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