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Constructores indios, trabajarán también en remodelación de Aeropuerto de la Habana

La compañía Bouygues Batiment Internacional es socia del Grupo Aeropuertos de París

 © Constructores indios, trabajarán también en remodelación de Aeropuerto de la Habana
Foto © Constructores indios, trabajarán también en remodelación de Aeropuerto de la Habana

Este artículo es de hace 7 años

La compañía Bouygues Batiment Internacional, la empresa francesa que junto al grupo de Turismo Gaviota S.A, fue autorizada a contratar obreros de la India, para terminar el Hotel Manzana de Gómez, en el centro de La Habana, sería la encargada de suministrar la mano de obra a su otra socio, el Grupo Aeropuertos de París, quien como muchos sabemos, ganó la concesión para modernizar y gestionar el Aeropuerto José Martí, en La Habana, la capital de Cuba.

Según se conoce, Bouygues y Gaviota, habrían contratado hasta mil albañiles, y "otros especialistas" de la construcción. De esos mil, 200 ya se encuentran trabajando en el Hotel Manzana de Gómez.

Aunque en un inicio se dijo que el salario de estos obreror indios, estaría cercano a los 1600 dólares mensuales, algunas indagaciones hechas posteriormente, fijaron en algo menor el cobro, aunque siempre superior a los mil dólares mensuales.

La noticia de la contratación de los obreros indios, si bien estaría juridicamente amparada por un decreto ley, sí ha provocado rechazos por quienes consideran que si le pagaran al menos 800 dólares mensuales, o incluso 600 a un constructor cubano, estos harían el trabajo con igual calidad.

Supuestamente, la contratación de los obreros procedentes de la India, se tomó teniendo en cuenta que "los obreros de la construcción cubanos" no poseen la misma motivación que sus colegas de profesión indios, pero no constituye un secreto que la desmotivación de las fuerzas constructoras cubanas, radica casi en su totalidad, en el bajo salario que perciben sus obreros, que incluso los incita a cometer otras ilegalidades. Que nadie se asombre, por 1600 dólares mensuales, Bouygues y Gaviota encontrarían en Cuba no mil, no dos mil, sino aproximadamente 100 mil personas dispuestas a trabajar no 8, no 10, sino 12 y 14 horas diarias.

El problema estaría - otra vez - en el marco jurídico. Si bien "la ley" permite contratar trabajadores extranjeros, la misma ley prohíbe que las empresas extranjeras, les paguen directamente a los trabajadores cubanos si los hubiere. ¿Por qué persiste la draconiana medida? Es una tela que nunca dejaría de cortarse. Lo establecido, y que al parecer nadie se molestará en cambiarlo, es que la empresa extranjera pague en divisa a una agencia de contratación cubana, y esta, luego de descontar una cosa o la otra, pagar en moneda nacional, "otro salario".

¿Por qué Bouygues?

Bien, se trata de una compañía de sobrado prestigio internacional, que además de Cuba, posee experiencia de trabajo en otros muchos países del planeta.

Actualmente, entre las obras que está ejecutando se encuentra, el aeródromo internacional de Hong Kong, el llamado "eurotunel", y el metro de San Francisco.

¿Por qué hoteles y aeropuertos?

Se trata de una industria "limpia", el turismo, que implica no solo una buena infraestructura hotelera, si no además aeropuertos funcionales y modernos.

No son pocos los turistas que se quejan de interminables horas en las terminales aéreas (ya sea La Habana, Varadero, u Holguín, por citar tres ejemplos), luego del desembarque en espera de sus maletas u otros procesos de rigor. Súmese a esto, por ejemplo, el reducido tamaño de estas terminales, construidas en pleno trópico, y habilitadas más para contingencias específicas, digamos pocos vuelos al día, que para recibir varios vuelos y procedentes de diferentes países.

La flexibilización de la política norteamericana hacia Cuba, implica un gesto de desenvoltura empresarial que no tiene la isla.

Ni siquiera se trata de la infraestructura. La parte administrativa tiene que ser cambiada. Tiene que existir el poder de decisión, inmediato, entre encontrar una falla y darle solución al problema.Hay que saber gestionar, y contar con los recursos para hacerlo.

Hasta las propias autoridades cubanas reconocen que no tendrán condiciones para afrontar el flujo de turismo "de ahora para ahorita".

Afortunadamente, la industria "del restaurante", que sería la otra pata de esta mesa, funciona, no sin altibajos, de manera fluída, gracias a las paladares cubanas, y de eso, el Estado, no debería ni preocuparse, y ni siquiera tendrá que traer cocineros de otros países.

Si acaso un cheff indio, o uno francés; digamos algo puntual.

Tampoco - afortunadamente también - habrá que importar personal para cargar maletas o chequear vuelos.

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