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El cubanoamericano Carlos Gutiérrez, exsecretario de Comercio de Estados Unidos y representante de una de las corrientes republicanas más férreas en relación a la política norteamericana hacia Cuba, ha cambiado drásticamente su posición hacia la isla, lo cual le ha hecho ganar no pocos detractores.
Conocido republicano de línea dura en el gabinete del presidente George W. Bush, Gutiérrez ha trascendido a un nuevo papel como defensor de las inversiones de empresas estadounidense en su isla natal. Ello, lo ubicó en Cuba con una delegación norteamericana de alto nivel para celebrar la reapertura de la embajada de EE.UU en La Habana el pasado año.
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Según recoge el diario Nuevo Herald, Gutiérrez ofrece numerosas razones para justificar su cambio de postura, que van desde que salió de Miami cuando era niño hasta el tiempo que su familia pasó en México y su trabajo posterior en China. Pero hasta él mismo confiesa que fue una conversación íntima con Barack Obama, que consideró persuasiva.
“Eso fue como abrir la puerta”, le dijo Gutiérrez a la cadena de diarios McClatchy . “Me obligó a pensar en ello de manera más realista”.
Sin embargo, tanto amigos como simpatizantes del político de origen cubano de 62 años no aceptan su descripción evolutiva del cambio, y en su lugar lo ven como un motivo financiero ligado a su cargo de subdirector del Albright Stonebridge Group, una firma asesora de alto nivel en Washington que ayuda a abrir puertas a empresas estadounidenses que quieren hacer negocios en otros países, destaca el Herald.
“Yo no necesito el dinero, pero quiero ayudar al país donde nací”, respondió a McClatchy Gutiérrez, quien asegura que solo tres de sus nueve viajes a Cuba en los últimos 12 meses han sido a nombre de clientes de Albright Stonebridge. Cuatro han sido viajes no pagados como jefe del Consejo Empresarial Estados Unidos-Cuba, organización afiliada de la Cámara de Comercio de Estados Unidos que ha presidido sin paga desde febrero del 2015.
Fue con el primer viaje a Cuba que Gutiérrez, segundo cubanoamericano en integrar el gabinete en la Casa Blanca luego de Mel Martínez,secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano en el gobierno de George W. Bush, se “convirtió de la noche a la mañana en un paria entre los suyos”, relata la publicación.
Algunos amigos dejaron de hablarle como Díaz-Balart. El representante Carlos Curbelo, republicano de Miami, cuya campaña de elección Gutiérrez apoyó en el 2014, dijo que el cambio lo sorprendió. “Considero que su cambio de postura es drástico, y fue algo inesperado”, dijo Curbelo.
“Fue muy triste enterarme”, declaró por su parte a McClatchy Orlando Gutiérrez Boronat, jefe del Directorio Cubanoamericano en Miami. “Lamento que haya tomado esa postura”.
El político, que siendo secretario de Comercio copresidió el Comité de Asistencia a una Cuba Libre con el objetivo expreso de derrocar el régimen de Castro, también fue el que presentó en febrero de este año al ministro cubano de Comercio Exterior e Inversiones, Rodrigo Malmierca, a la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Washington.
El cambio de su postura, retrata el Herald, se anunció en una columna de opinión en The New York Times el 23 de junio del 2015. Bajo el título de Una postura republicana sobre la política de Obama hacia Cuba, Gutiérrez escribió: “Hoy me siento cautelosamente optimista por primera vez en 56 años. Veo un rayo de esperanza de que, en momentos en que Cuba permite el funcionamiento de unos cuantos emprendimientos privados y muchas empresas norteamericanas están entusiasmadas por entrar a un nuevo mercado, podemos ayudar al pueblo cubano”.
Hoy, Gutiérrez insiste, pese a sus detractores, en que “los que se oponen debían tener el valor de ir a Cuba y ver el daño que esta fallida política [del embargo] ha provocado a millones de personas, en vez de sentarse en un escritorio y hacer declaraciones sobre un país que nunca han visitado”.
Imagen tomada de: www.amchamchile.cl
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