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Los Juegos Olímpicos de Río pasarán a la historia (como se dice de todos los anteriores) pero éstos lo harán entre otras razones por ser los más desorganizados con diferencia notable de todos los demás.
El mal estado de las instalaciones, las cascadas de agua (que no goteras) en las escaleras de la villa olímpica, los derrumbes de algunas áreas deportivas, el zika... la lista podría ser más larga de lo deseado. Pero los brasileños (que hasta hace muy poco rechazaban la celebración de los juegos olímpicos) ahora al parecer se molestan si alguien señala aspectos negativos. Como decimos en Cuba: "Acomplejados"
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El pasado lunes durante sus ejercicios, el atleta francés Renaud Lavillenie sufrió algunos abucheos. El saltador de altura brasileño Thiago Braz da Silva también estaba en la competición y la gente apoyaba al suyo haciendo "campañita" contra los adversarios que como el francés apuntaban como favoritos. Los brasileños hacen esas cosas.
Pero luego, el atleta francés se quejó ante la BBC diciendo:
"En Alemania 1936 el público estaba en contra de Jesse Owens. No hemos visto esto desde entonces y ahora tenemos que volver a verlo" y seguidamente añadió:"No hay respeto, son las Olimpiadas. Si no hay respeto en las Olimpiadas, ¿que podemos esperar? Estoy muy decepcionado con el comportamiento del público brasileño que se encontraba en el estadio".
El pobre...no calculó el lío en que se había metido.
Lavillenie luego se disculpó a través de Twitter asegurando que lo dicho había sido mala la comparación entre los Juegos de Río y de Alemania y que fue una reacción "en caliente", admitiendo que no fue adecuado.
Durante su competencia final obtuvo la medalla de plata y en el momento de subir al podio, el abucheo ha sido histórico. Tanto, que según el "Abucheómetro" de la prensa, ha superado al que recibió Dilma Ruseff en la inauguración del mundial de fútbol.
Para colmo de su tristeza, el saltador brasileño obtuvo la medalla de oro dejando al "Owen" francés en plata.
Los periódicos del planeta destacan las lágrimas de humillación (o de sentimiento) que el saltador de pértiga francés derramó en la ceremonia de premiación. "Un public de merde" dijo luego, para rematar.
Él también pasará a la historia al ser uno de los medallistas indiscutibles de Rio 2016 que se marcha con el rechazo de los brasileños.
Si hubiese tenido a un cubano cerca, seguro que le habrían dicho:
-"¿Como se te ocurre, Papo?"
Un texto de Marcos García "el hijo de Teresa"
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