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Un grupo de intelectuales y exdiplomáticos rusos encargaron la creación de un monumento ecuestre de José Martí al famoso escultor moscovita Vladímir Súrovtsev, autor de más de 50 monumentos en 16 países del mundo, entre ellos Alemania, Australia, Bélgica, EEUU, Francia, Países Bajos y sobre todo Rusia.
En el monumento, José Martí aparece montado en un caballo, porque el escultor quiso rendir homenaje a quien murió en el campo de batalla por la independencia de Cuba. De acuerdo al escultor, en el pedestal del monumento serán grabadas citas poéticas de José Martí.
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El artista espera que su obra sea levantada cerca de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, que alberga a la mayor parte de los estudiantes extranjeros que llegan a Rusia, entre ellos cubanos. Se sabe que José Martí fue un gran admirador del poeta ruso Alexander Pushkin, así que el monumento simbolizaría también la interrelación de las culturas de Cuba y Rusia.
En palabras del escultor, de ser aprobada la maqueta del monumento, la creación de la obra final, cuyo tamaño será una vez y media de la escala natural, tomaría un año y medio. Súrovtsev espera contar con el apoyo de los círculos empresariales y diplomáticos rusos y latinoamericanos, y se muestra abierto a cualquier propuesta.
Hace pocos meses resonó en el mundo el anuncio del embajador cubano en Washington, José Ramón Cabañas, quien anunció a través de la red social Twitter que el Museo del Bronx y la Fundación Ford se aliaron en un proyecto para instalar en Cuba una réplica de la imponente estatua de José Martí ubicada en el Parque Central, de Nueva York.
El Museo de Arte del Bronx, con más de tres décadas de intercambio cultural con la Isla, anunció la iniciativa para replicar la escultura monumental de Anna Hyatt Huntington, dedicada a José Martí y que está instalada en el Parque Central de Nueva York, y aseguró que será "un regalo para el pueblo de Cuba en 2016″.
El Museo constituyó un grupo de Amigos de José Martí para recaudar los 2,5 millones de dólares que se necesitan para realizar la réplica en bronce y organizar su instalación en La Habana, además de llevar a cabo una serie de programas públicos y educativos tanto en Estados Unidos como Cuba para dar a conocer la vida del Apóstol de la independencia cubana.
De acuerdo con el Museo, la escultora de la obra original, Anna Hyatt Huntington, pretendió con este monumento reflejar la amistad entre los pueblos de EE.UU. y Cuba. La réplica se establecería de forma permanente en un destacado lugar de La Habana Vieja, preferentemente en el Paseo de Martí o Prado.
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