Vídeos relacionados:
Que Cuba no suele ser rápida al acometer reparaciones constructivas es un secreto a voces, y eso es lo que preocupa a los vecinos del poblado costero de Casablanca, que de repente se han visto apartados de la ruta turística de la capital cubana.
Al Cristo de La Habana le cayó un rayo a comienzos de 2016 y ello ha obligado a iniciar un proceso de restauración que no se sabe cuánto durará.
Lo más leído hoy:
Según declara 14ymedio, el Cristo habanero está rodeado en estos días de un andamio que ha alterado el hermoso skyline de la bahía habanera.
La inoportuna descarga eléctrica habría impactado en la parte posterior de la cabeza, así que ahora mismo poco queda visible, desde la distancia, de la imponente figura del Cristo, cubierto por una armazón de madera y de metal.
La obra, de la escultora Jilma Madera (1915-2000), tiene 20 metros de altura y fue colocada en ese emblemático lugar en 1958.
Está compuesta por 67 piezas de mármol blanco de Carrara, traídas desde Roma y bendecidas por el entonces Papa Pío XII.
El primer impacto eléctrico sobre la escultura tuvo lugar en 1961, pero entonces la pieza dañada fue sustituida por la propia artista.
Un año después, otro rayo volvió a deteriorar la parte posterior de la cabeza y así permaneció durante más de 15 años, sin recibir reparación alguna.
La última y más profunda de las reparaciones fue en 2013, llevada a cabo por la Oficina del Historiador de La Habana.
Sin embargo, apenas tres años después, las inclemencias del tiempo han obligado a que ahora tenga que ser restaurada nuevamente.
En 1986, cuando recibió tercera descarga eléctrica, la Empresa de Monumentos de la capital la reparó y puso un pararrayos.
Sin embargo, en noviembre de 2014 un cuarto rayo impactó en la parte superior de la cabeza del Cristo, y también afectó la mano derecha.
Las autoridades decidieron entonces cambiar el viejo pararrayo y colocar uno nuevo más alto. No obstante, ha vuelto a ocurrir, y muchos temen que el arreglo demore.
La rehabilitación la está asumiendo una brigada perteneciente al Complejo de Museos Militares, ello supone que jóvenes que están cumpliendo con el Servicio Militar realizan turnos permanentes de guardia de cuatro horas, para vigilar que ninguna persona suba los andamios. Algo que, según el citado medio, ya ocurrió hace una semana, cuando una mujer comenzó a subir las escaleras del andamio.
Por lo demás, la pequeña tienda en divisas que estaba situada en los alrededores fue cerrada. Los vecinos de Casablanca se quejan de que ahora los turistas llegan menos a su poblado, lo que, obviamente, ha repercutido en las ventas locales, que han bajado notablemente.
Habrá que encenderle una vela al Cristo de La Habana, desearle mucha suerte y una pronta recuperación.
(Imagen tomada de habanaradio)
Archivado en: