La etapa de Dilma Rousseff al frente del gobierno de Brasil ya es historia, después que el Senado del país haya destituido a la dirigente en una votación.
En la cámara brasileña se han registrado 61 votos a favor de la destitución y 20 en contra, lo que permitirá a Michel Temer seguir al frente del ejecutivo hasta el 1 de enero de 2019, según informó Univisión 23.
De esta forma se pone punto y final a un proceso que se inició en diciembre tras detectar irregularidades presupuestarias en la gestión de la dirigente.
Según explicó la agencia 'The Associated Press', Rousseff, al ser declarada culpable en el juicio de responsabilidades, queda inhabilitada para la función pública durante los próximos ocho años. Sólo una apelación ante la Corte Suprema le podría salvar de este retiro forzoso.
"Anular mi mandato es como someterme a una pena de muerte política", lamentó la todavía presidenta en su discurso de 45 minutos en el Senado. La realidad es que la dirigente ya estaba fuera de la silla del poder desde hacía más de 100 días, algo que le llevó a calificar como "golpistas" a sus detractores políticos.
La sucesora de Luiz Inácio Lula da Silva no está acusada de corrupción, sino de un supuesto crimen de responsabilidad fiscal, ya que maquilló las cuentas para pedir nuevos créditos a los bancos, cuando todavía no había pagado los anteriores.
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