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La formación de la octava tormenta tropical del Atlántico, Hermine, en el sur del Golfo de México se ha hecho sentir desde muy temprano en La Habana, donde amaneció bajo fuertes lluvias que se han mantenido intermitentes durante el trascurso del día
En horas de la tarde Hermine se mantenía estacionaria con vientos con fuerza de hasta 65 kilómetros por hora, y rachas superiores y se sitúa a 665 kilómetros al oeste-suroeste de Tampa, La Florida, de acuerdo a reportes del Instituto de Meteorología de Cuba.
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La entidad señala que durante las próximas 24 horas el fenómeno meteorológico se desplazará lentamente hacia el norte y aumentará su velocidad de traslación hasta aproximarse a la Florida en la noche del jueves, cuando se espera que gane en intensidad y pueda convertirse en huracán antes de alcanzar las tierras del estado.
Hermine continuará afectando el occidente y centro de Cuba con lluvias que pudieran ser intensas sobre todo en localidades de la región occidental, donde desde el inicio de esta semana se han sentido fuertes chubascos que intercalan con un intenso calor.
Los reportes Instituto de Meteorología se corresponden con los avisos emitidos por los investigadores de El Centro Nacional de Huracanes,(NHC) de Estados Unidos, que esperan para las próximas 48 horas el fortalecimiento de este organismo climático con muchas probabilidades de adquirir categoría de Huracán.
"La combinación de marejadas peligrosas y marea harán que las áreas normalmente secas cerca de la costa puedan quedar inundadas por una subida de las aguas hacia el interior desde la costa", advirtió un comunicado de NHC, citado por la agencia EFE.
El NHC hizo sonar las alarmas por las fuertes precipitaciones que dejara la tormenta, las posibilidades de tornados y los vientos huracanados que podrían atacar a la Florida durante las próximas horas.
En Cuba se les presta especial atención a estos fenómenos meteorológicos por la Defensa Civil que toma las medidas pertinentes para la salvaguarda de las vidas humanas y los bienes económicos, pero estos casos de lluvias intensas casi siempre se convierten para los cubanos en amenazas de derrumbes en municipios como Centro Habana, donde existen inmuebles con un alto nivel de deterioro.
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