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El prestigioso semanario neoyorkino ‘The New Yorker’ dedica un artículo de Jon Lee Anderson en su última edición y en su edición online a analizar la suerte de los fugitivos que han buscado refugio en el otro país a raíz las nuevas relaciones entre los Estados Unidos y Cuba.
El artículo relata como pese a haberse producido ya algún intercambio de prisioneros como el llevado a cabo el 17 de diciembre de 2014 tras el anuncio de la restauración de las relaciones diplomáticas, el destino de muchos otros, acusados de delitos como asesinato, el secuestro, el atraco o el terrorismo, permanece en el mejor de los casos a la espera.
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El autor del artículo, quien además es el biógrafo del Che, asegura haber preguntado a fuentes del gobierno estadounidense por qué no se había iniciado un proceso de extradición de delincuentes residentes en los Estados Unidos y en Cuba. Estas mismas fuentes le habrían respondido que es un tema complicado porque el gobierno cubano también aloja a personas con cuentan pendientes en la justicia estadounidense.
La lista de casos es muy larga
El artículo ofrece una larga lista de ejemplos como el de Joanne Chesimard quien se llamaría actualmente Assata Shakur, exmiembro del Ejercito de Liberación Negro quien vive en Cuba como asilada política desde 1984 desde que huyera de los Estados Unidos tras darse a la fuga de una prisión de Nueva Jersey donde estaba condenada a cadena perpetua.
Además de Shakur, otros militantes de su organización que abogaba por la creación de una nación independiente negra en el sur de los actuales Estados Unidos residen actualmente en la isla caribeña bajo la protección del gobierno cubano.
Otro caso es el de Robert Vesco, fugitivo de los Estados Unidos acusado del robo de hasta 200 millones de dólares de un fondo de inversión estadounidense y que viviría en Cuba (donde posteriormente también caeria en desgracia) hasta su muerte en una prisión cubana en 2007.
También se incluirían los exagentes de la CIA Philip Agee, ya fallecido, y Frank Terpil (sentenciado in absentia a 53 años de cárcel) quienes serían reclamados por los Estados Unidos por diferentes cargos.
Por último, William Morales, líder del grupo guerrillero puertorriqueño conocido como las Fuerzas Armadas de Liberación y buscado por el gobierno estadounidense por diversos atentados en los años 70.
Como menciona el artículo, el estatus de todas estas personas ha sido cuestionados por los diplomáticos estadounidenses en las negociaciones con Cuba desde diciembre de 2014. Sin embargo, no se han llevado a cabo avances significativos y el gobierno cubano no parece dispuesto a traicionar la promesa de ser un refugio a salvo para estos asilados.
El gobierno cubano también tiene su lista
El gobierno cubano reclamaría la extradición del exagente de la CIA Luis Posada Carriles quien también parece estar a salvo en los Estados Unidos. El ex agente de la CIA y exiliado cubano de 88 años residente en Florida y a quien el gobierno cubano acusa de múltiples delitos como el atentado en el vuelo 455 de Cubana de Aviación en 1976 que mató a setenta y tres pasajeros a bordo.
La complicación aumenta cuando muchos exiliados y ciudadanos estadounidense consideran a Posada un héroe y no entenderían su extradición a Cuba.
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