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El gobierno de Cuba ha decretado luto nacional por el fallecimiento del primer presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, catalogado por la opinión mundial como el dictador de uno de los regímenes más herméticos de Asia Central.
Según anunció este domingo el Noticiero Nacional de Televisión, a partir de las 6 de la mañana del lunes 5 de septiembre todas las banderas cubanas que hondean en centros laborales y organismos estatales y militares deberán estar a media asta hasta las 12 de la noche.
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Karimov tomó el mandato de su país en 1990, cuando Uzbekistán formaba parte aún de la Unión Soviética. El camino hacia la presidencia lo inició al unirse en 1966 al Partido Comunista de Uzbekistán, años más tarde fue nombrado Ministro de Finanzas de la URSS y luego vicepresidente del Consejo de Ministros y diputado general del Gobierno autónomo.
Acusado de prohibir los partidos políticos, encarcelar a más de 6500 disidentes, practicar la tortura, promover la esterilización forzada y masiva de las mujeres y de acusar a cualquier disidente de “terrorista islámico”, Karimov fue visto por varias organizaciones de derechos humanos como un dictador.
Human Rights Watch (HRW) señaló que Karimov "deja un legado de represión política y religiosa", y que "su muerte representa una oportunidad para que los gobiernos afectados hagan presión por derechos humanos concretos y reformas democráticas".
"Durante los más de 26 años que Karimov gobernó en Uzbekistán fueron detenidas miles de personas por motivos políticos, se torturó rutinariamente a los detenidos y se obligó a los millones de ciudadanos, niños incluidos, a cosechar algodón en condiciones abusivas", acotó HRW. Amnistía Internacional sumó sus críticas al legado de represión y brutalidad que dejaron las casi tres décadas de un gobierno a prueba de críticas.
Fue el primer ministro de Turquía, Binali Yildirim, y no funcionarios del gobierno ni medios locales, quien dio la noticia sobre el fallecimiento del mandatario uzbeko a sus 78 años, a consecuencia de un derrame cerebral. El gobierno se había limitado a señalar durante horas que el “líder eterno” se encontraba hospitalizado en condiciones "críticas".
"Dios lo tenga en su gloria. Como república de Turquía, compartimos el dolor del pueblo uzbeko", dijo Yildirim, cuyo país está muy vinculado culturalmente a Uzbekistán. La mayoría de los 32 millones de ciudadanos uzbekos son de origen turco, reporta La Nación.
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