El periodista cubano Maykel González Vivero fue separado definitivamente de su centro laboral, Radio Sagua (Cuba) por colaborar con medios independientes como Diario de Cuba, según informó el propio afectado a través de la red social de Facebook.
En un mensaje enviado a este redactor el propio González nos contaba su caso. Luego en su perfil en Facebook daba públicamente su testimonio de lo ocurrido:
"(...) Mi caso es viejo, jeje. Este ha sido el pálido desenlace. Yo me compliqué en 2012. Fui el bloguero que denunció con pruebas gráficas la homofobia del censo. Aquello sonó. Ahí me sancionaron "por criticar un evento priorizado por el país". Luego me "regalaron" otra sanción cuando emplacé una de las polémicas decisiones murillistas. En esa época no colaboraba con ningún medio privado o independiente.
"En 2014, el director de la radio, el mismo que me ha cerrado hoy el último contrato que me quedaba, me denunció a la Seguridad del Estado cuando supo que estaba invitado a Ginebra, para visitar las Naciones Unidas. El policía me hizo ir a una oficina en el Comité Municipal del Partido.
"Feo que era, sucio, se veía cansado. Ese fue mi estreno con ellos, los invisibles. Me dijo entonces algo que se cumplió.
"Si yo quiero -se jactó- puedo declararte contrarrevolucionario."
"Fui a Suiza, dos veces. Volví a la radio, seguí trabajando.
"En 2015 me recibieron, como parte de la sociedad civil cubana, el canciller de Noruega y la secretaria de Estado sueca. Ambos estaban muy interesados en el activismo LGBTI cubano.
"El año pasado, los suecos me invitaron al Fórum de internet de Estocolmo. Cuando volví, todo era insostenible en la emisora. Dejé el periodismo oficial, me fui a trabajar como burócrata en una oficina de Patrimonio, y me dediqué a escribir reportajes, notas, cualquier cosa, para la prensa emergente. Y ya ves. Mañana saldrá mi último programa, el último conducido por mí, en una emisión que dará que hablar: va sobre el centralismo que coloca en la periferia a ciudades cubanas antaño muy prósperas, específicamente analizo el caso de Sagua la Grande, desde una perspectiva histórica. Mi comentario literario (es ingenuo pensar que la crítica litearia es anodina, aunque no creo a los censores tan sagaces) ya no saldrá en septiembre en la revista cultural radial Por la Villa del Undoso.
"Koniec para mí. Se tardaron bastante."
En su sitio de Facebook escribió:
"Hablaron clarito: 'por colaborar con la prensa privada"
Diario de Cuba, que se interesó también en el caso del joven periodista expresó que "además, los responsables del medio oficial también eliminaron un comentario de crítica literaria que hacía el periodista durante todo el año, de julio a septiembre, y en el que opinaba sobre obras cubanas o extranjeras publicadas en la Isla."
Según el joven, el director de la emisora Radio Sagua, Carlos Orlando Manrique, describió a DDC como "un medio de los que quieren hacerle daño al país"; aunque también justificó el cierre del contrato por la colaboración del periodista con otros sitios como OnCuba.
El joven, que usaba el pseudónimo en Facebook desde hace varios años de "Abel Invernal", vio su cuenta inhabilitada tras denuncias "anónimas" por usar un perfil "falso", un modo de silenciar sus denuncias en la red social.
La férrea censura que se vive en la Isla, se cobra así "una nueva víctima", la cual "estaba sentenciada desde hacía tiempo."
Recientemente en la Isla, numerosos escritos han hecho énfasis en "eliminar" cualquier vestigio de prensa alternativa, a la cual califican de "enemiga a los intereses de la Revolución". Han bloqueado páginas como Cibercuba, Diario de Cuba y Cubanet. Han llamado a "los otros" (digamos, Periodismo de Barrio, Oncuba, y Progreso Semanal, "enemigos"; llamando, por lo tanto, "enemigos" también, a quienes colaboren con estos medios aunque solo escriban "de pelota".
Más recientemente aún, el despido del periodista holguinero José Ramirez Pantoja, provocó un acalorado debate en las redes sociales, cuando hasta la propia Vicepresidenta de la UPEC, Aix Hevia. insinuó, sin prueba alguna, que "la falta de Pantoja", sería un modo de abrirse camino a los medios de Miami; lo cual motivó una contestación por parte del propio periodista injuriado.
Respuestas como la dada por Stalin Barriga, en el sitio Somos+, la cual reprocimos en nuestro portal de Cibercuba, aún exigen una respuesta por parte de la UPEC, que suma a este expediente negro, una nueva víctima.
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