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Las cenizas del poeta Juan Carlos Flores ya descansan en las aguas de Alamar, donde el miércoles el poeta apareció ahorcado cuando llegaron los agentes policiales y del cuerpo de bomberos.
Según la información de 'Diario de Cuba' la decisión de incinerarlo se tomó después de la negativa del Gobierno de Cuba para proporcionar un ataúd para personalidades, tal y como quería la familia.
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En concreto el funcionario del Ministerio de Cultura, Ciro Lazo, aseguró que no había opción de acceder a este deferencia ni tan siquiera pagando, ya que se trata de ataúdes "reservados para personalidades". Solo la autorización del Gobierno provincial hubiera cambiado el escenario.
Este féretro especial está elaborado con materiales de madera y metal y tiene un coste de 883 CUC, siendo la funeraria de Calzada y K la "única que tiene acceso a ellos", según reportó el departamento de Coordinación de la Funeraria de Alamar.
Todas estas circunstancias y negativas llevaron a la incineración como despedida del artista, en recuerdo al lugar "donde nadábamos cuando éramos niños", explicaron fuentes familiares.
El estado de salud de Flores era delicado tras sufrir varias recaídas que lo llevaron a recibir tratamiento psiquiátrico, fruto de una esquizofrenia que le llevó a un triste y abrupto final.
Juan Carlos Flores fue diagnosticado hacía varios años de una enfermedad que le atormentó hasta secarle la vida.
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