El decatlonista cubano Leonel Suárez, bronce en las Olimpíadas de Beijing y Londres, y sexto lugar en Río de Janeiro, denunció en una entrevista las pésimas condiciones en las que los atletas cubanos entrenan en el Estadio Panamericano, donde el descuido y la desidia hacen que ni se protejan los colchones cuando llueve.
"Están todos mojados", dijo Leonel.
El atleta, quien actualmente está casado con una deportista mexicana con la cual tiene una hija salió al paso - posiblemente - de comentarios en los cuales se les acusa a los deportistas cubanos de "no competir bien".
"Después se dice que los atletas cubanos no compiten bien, pero las condiciones que tenemos no son las mejores (…) la pista está prácticamente en el cemento, es más dura y provoca molestias en los tobillos y los talones": Leonel Suárez
Según Suárez, quien se apresta a competir en estos días en Francia, " son pésimas las condiciones en que los atletas cubanos tienen que entrenar en Cuba".
"(...) todo ello puede provocar lesiones y hasta la perdida de la motivación," dijo Suárez.
(...) las carrileras para las pruebas de saltos, (...) están completamente dañadas (...) para practicar las arrancadas hay que correr "por encima de las líneas", porque es donde la pista "aún está buena".
La pista está "prácticamente en el cemento, es más dura" y provoca "molestias en los tobillos y los talones".
"(...) los colchones para el salto con pértiga están "muy deteriorados y siempre se están mojando", pues "no se protegen, ni se cuidan".
La agencia AFP que fue quien reprodujo la nota informó que Suárez "habló al aire", durante una emisión de Radio Habana Cuba, pero que su opinión, "no ha salido en ningún medio oficial de la isla."
El joven atleta dijo que "competir en la élite mundia es como "una batalla como la de David contra Goliat", porque ellos (los atletas extranjeros) "tienen todo y nosotros prácticamente nada y cada día hay menos".
Lamentablemente no es el estadio Panamericano el único que tiene esta situación. De hecho, la base del sistema deportivo cubano, tan alabado y halagado durante años en el mundo entero, se sustenta en una práctica de la masividad deportiva desde las tempranas edades en lugares ubicados a lo largo y ancho del país, pero que se han deteriorado con el paso del tiempo y a los cuales no se les ha podido "dar una mano" para su reparación.
No estamos hablando solamente de estadios como el José Martí (G y Malecón), o el tabloncillo de la ESVOC (IPVCE) de Santa Clara, o de la piscina del Marcelo Salado, lugares en los cuales debutaron y se formaron atletas en la categorías escolares, y luego formaron parte de las EIDE y las ESPA; precisamente estamos hablando de estas últimas, adonde ha llegado el deterioro, lo cual imposibilita los altos rendimientos deportivos de los cuales podía presumir Cuba en un pasado no tan lejano.
La crisis "estructural" del Estadio Panamericano, es más que una crisis "deportiva", si no, el reflejo de una crisis más general, que abarca todas las ramas de la vida social cubana, a la cual escapan uno o dos ejemplos bien puntuales.
con información de Martí Noticias y AFP.
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