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El aspirante republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, arremetió nuevamente contra los inmigrantes ilegales al correlacionar la presencia de estos en la nación norteña con la perpetración de asesinatos y otros crímenes.
A casi un año de asegurar que México era una fuente violadores y delincuentes, y como si una cosa tuviera que ver con la otra, Trump asoció algunos crímenes cometidos por personas sin permiso de residencia, con la tolerancia actual del gobierno estadounidense para con los migrantes en su país.
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Así lo dejó claro el pasado sábado durante un encuentro con el grupo Remembrance Project, fundado para recordar a las víctimas mortales de crímenes a mano de indocumentados. "No se perderá ni una sola vida estadounidense más en nombre de las fronteras abiertas", declaró ayer.
"En todo este país, hay mesas de comedor con un asiento vacío porque el gobierno abandonó su deber y no ha aplicado sus leyes elementales. Esto tiene que terminar. Esto terminará si yo me convierto en presidente", sentenció el también magnate estadounidense.
Más de una veintena de miembros escucharon al aspirante republicano, mientras alternaban su discurso con relatos sobre la pérdida de sus seres queridos. "Los políticos ignoran sus llantos, pero yo nunca lo haré", dijo Trump.
El empresario no perdió la oportunidad este mismo sábado de arremeter además contra el ex secretario de Defensa, Robert Gates, quien escribió el sábado en el Wall Street Journal que Trump está "obstinadamente desinformado" sobre el mundo.
En un mitin en Colorado, Trump llamó calificó al ex secretario de "absoluto payaso", insinuó que "probablemente tenga un problema que no conocemos" y afirmó que él sería "mucho mejor en lo que hace".
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