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Los peores presagios para la oposición de Venezuela se cumplieron después que el Consejo Nacional Electoral (CNE) rechazara este miércoles que el proceso revocatorio se celebre en 2016.
El Poder Electoral del país anunció en un comunicado, recogido por 'AFP', que el evento "puede efectuarse a mediados del primer trimestre de 2017".
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Este anuncio llegó tras un encuentro con la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y representantes del ejecutivo chavista.
En este sentido también se avanzó que la recogida de los cuatro millones de firmas, que son necesarias para convocar la consulta, se llevará a cabo del 26 al 28 de octubre.
Con estas novedades en cuanto a los plazos del referéndum revocatorio se desvanecen las pretensiones de la oposición, que aspiraba a que el proceso se pusiera en marcha antes del 10 de enero de 2017.
La diferencia entre que se celebre antes o después de esa fecha es sustancial. Si el proceso se pone en marcha después de enero del próximo año el mandato de Maduro, en caso de perder el revocatorio, lo puede culminar un vicepresidente. Mientras que una celebración del proceso en 2016 permitiría convocar elecciones en caso de una rechazo hacia la figura del presidente de Venezuela.
Según explicó el órgano electoral si la disidencia cuenta con el número de firmas exigidas, la consulta se convocaría a inicios de diciembre pero a partir de entonces el CNE dispone de 90 días "reglamentarios" para iniciarla.
"Millones de venezolanos se van a movilizar, dándole una contundente derrota electoral, pero también política y moral", reivindicó en rueda de prensa el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba.
Diferencias técnicas en la recogida de firmas
Sin embargo más allá del calendario oficial para el revocatorio, las diferencias entre la alianza opositora y el Consejo Nacional Electoral llegan hasta los detalles más técnicos.
De esta forma mientras que la MUD pedía que la recolección del 20% acorde al padrón electoral fuera a nivel nacional, el CNE tomó la decisión que dicho porcentaje se correspondiera con el registro electoral de cada estado. Si un solo estado no llega al mínimo de firmas el proceso sería nulo.
Las máquinas de identificación biométrica destinadas para recaudar las rúbricas son el otro punto de fricción, puesto que la institución electoral dio luz verde a 5.392 máquinas, a pesar que los opositores exigían 19.500.
"Esto no es otra cosa que la admisión del Gobierno de que no tiene con qué enfrentar al pueblo venezolano en las urnas", alertó Torrealba.
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