Dalidaivis Rodríguez: “Todo lo que se proponga el ser humano, con dedicación y sacrificio, se logra”

La criolla ha competido siempre en la división de los 63 kilos, categoría B2. Además de los dos cetros paralímpicos, Rodríguez alcanzó el bronce en el Mundial de Antalia, Turquía, en el 2010; el oro en la Copa del Orbe escenificada en Colorado 2013; un segundo puesto en el Mundial del 2014 y los títulos parapanamericanos en Guadalajara y Toronto.

Dalidaivis Rodríguez, oro en competiciones paralímpicas © Juventud Rebelde
Dalidaivis Rodríguez, oro en competiciones paralímpicas Foto © Juventud Rebelde

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Este artículo es de hace 8 años

Siempre he admirado a aquellos que practican los deportes de combate. Boxeo, lucha, karate, taekuondo, judo. Ese cuerpo a cuerpo, esos deseos de ir en busca de su rival, la adrenalina “a full” compitiendo sobre un tatami, un ring, un colchón.

Pues bien, eso se multiplica si en pos del triunfo salen cual gladiadoras dos muchachas débiles visuales discutiendo el oro en unos Juegos Paralímpicos.


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Días antes de su partida hacia Rio de Janeiro tuve la oportunidad de conversar con la campeona paralímpica de Londres, la judoca Dalidaivis Rodríguez, quien me aseguraba que regresaría con otro metal dorado.

Sobrevendría entonces el torneo paralímpico y la cubana cumplía su promesa, y quién les dice a ustedes que en el aeropuerto Tocumen de la capital panameña me tropiezo con esta guerrera y después de un caluroso abrazo, comienza a hablarme de su vida.

“Mi padecimiento es keratocono bilateral que no es más que una deformidad en la córnea, que se halla en forma de cono. Este padecimiento es congénito y con el tiempo puede ir aumentando hasta llegar a necesitar cirugía, o sea se necesita un trasplante de córnea, que es mi caso”.

Desde el 2011, Dalidaivis entrena con la ex judoca del seleccionado nacional Ivis Dueñas. “Después de los Parapanamericanos ella es mi guía, mi compañera, mi profesora, mi amiga. Juntas vivimos todo el sacrificio que requiere una medalla.”

La criolla ha competido siempre en la división de los 63 kilos, categoría B2. Además de los dos cetros paralímpicos, Rodríguez alcanzó el bronce en el Mundial de Antalia, Turquía, en el 2010; el oro en la Copa del Orbe escenificada en Colorado 2013; un segundo puesto en el Mundial del 2014 y los títulos parapanamericanos en Guadalajara y Toronto.

“Atravesé por la pirámide del alto rendimiento: EIDE, ESPA (Escuelas de Preparación Deportiva) y una invitación a la preselección nacional convencional. Esta se me hizo muy difícil porque tenía en los 63 kilos nada más y nada menos que a dos grandes, la multimedallista olímpica y mundial Driulis González y a Yurisleydis Lupetey, quien ocupara el puesto de la estelar guantanamera en el equipo grande. Aún así logré subir al podio en eventos nacionales y también en campeonatos juveniles en dos oportunidades”.

Internacionalmente, se ha elevado el nivel del deporte paralímpico y el judo no es la excepción. Rivales de clase se han incorporado, entre ellas la ucraniana Iryna Husieva, con quien ha sostenido grandes combates.

Sobre su triunfal participación en dos Juegos Paralímpicos, la capitalina señala que Londres le enseñó la gloria, “realicé el sueño anhelado de toda mi vida: experimenté lo que es ser una campeona paralímpica. Río me dijo muchas cosas y una de ellas es que todo lo que se proponga el ser humano, con dedicación y sacrificio, se logra. La cita carioca es mi gran hazaña, todas venían a ganarme a mí.”

Ahora, echar la vista atrás y recordar a su primer entrenador, Osvaldo Temprano, cuando comenzó a dar sus primeros pasos en el colchoncito de Alamar (reparto ubicado al este de La Habana), colchoncito que a cada rato visita.

“Palpar de cerca como el movimiento paralímpico adquiere cada día más fuerza me enorgullece pues nos da la posibilidad a personas con minusvalías de realizar nuestros sueños y darnos cuenta que no hay nada perdido y sí mucho por lograr”.

Dalidaivis, Dali como la conocen todos, gusta de los buenos perfumes, las carteras grandes. Le encanta bailar y por sobre todo, reír.

“Aunque soy muy seria para mi entrenamiento, la risa forma parte de mi vida. Soy alegre por naturaleza”.

Aunque aún no está casada, la doble monarca paralímpica de los 63 kilos sí vive un serio compromiso del cual espera con anhelo sus hijos.

“Mi papá fue mi gran fanático. No existió una competencia en la que no paseara mi medalla colgada en su pecho. Lamentablemente ya no está, lo perdí el año pasado y él ha sido mi inspiración en Río. Mi mamá me es incondicional. Sin ella nada de esto hubiera ocurrido. Es más y para ser justa, no sabría en cuántas partes fragmentar mis medallas entre amigos, vecinos, familia, entrenadora, triada médica, las tías del Cerro Pelado (Centro de Alto Rendimiento). Y es que todos han tenido que ver en mis triunfos. De ahí la frase del profesor Ronaldo Veitia.

“Nadie se hace grande solo” y él tiene mucha razón”.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

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