Muchos en Cuba no conocen el origen de “la víspera de todos los santos” o, como comúnmente se le conoce, Halloween. Sin embargo, cada año son más los cubanos interesados en esta tradición anglosajona que, dentro de la isla, viene de la mano del florecimiento de bares, discotecas y paladares de gestión privada.
Los 31 de octubre, día de la referida fiesta con raíces celtas, se avizora por los cuentapropistas como una oportunidad de oro, un negocio redondo a partir de cual pueden atrapar no solo al público habitual, sino también al potencial.
No hemos llegado aún al punto de visitar al vecino pidiendo caramelos y entonando la frase “trato o truco”, tampoco a adornar los hogares con calabazas y murciélagos o a pijamadas con películas de terror. Las fiestas de disfraces, por otro lado, son algo real y trendy en la mayor de las Antillas.
La razón de la popularidad de Halloween no tiene tanto que ver con el acto de festejar per se, porque bien sabemos que el cubano no necesita razones para ello, sino con el deseo de satisfacer una necesidad que tuvimos durante mucho tiempo: la de unirnos a la “modernidad”, la de celebrar “algo” que sale en todas las películas, series y novelas que vemos a diario por la televisión, Internet o El Paquete; a volvernos más “sofisticados”, más “desarrollados”.
A partir de esa necesidad comienza el marketing incipiente de los negocios particulares. No solo aquellos que se dedican a vender accesorios para fiestas o a ceñir disfraces, sino además las discotecas tapujadas con la categoría de bar, que ofrecen un espacio de socialización para estas nuevas prácticas culturales.
Estos espacios se decoran de pies a cabeza con la temática Halloween, rediseñan sus tragos para estar a tono, hacen rifas y concursos del mejor disfraz, y anuncian en sus redes sociales la esperada celebración por todo lo alto.
Tal es el caso de King Bar, uno de los bares más populares de La Habana, que ha avisado desde el pasado sábado su “Noche de Terror”.
“HALLOWEEN, Este domingo 30 de octubre, en KINGBAR RESTAURANTE, fiesta de DISFRACES y NOCHE DE TERROR.,,,te lo vas a perder???”, reza el post de su página oficial en Facebook.
Según señala en un reportaje la agencia AP, el aumento de la popularidad del Halloween puede considerarse como una de las muchas manifestaciones de las décadas de entrelazamiento de las culturas de Cuba y Estados Unidos a pesar de medio siglo de hostilidades entre los gobiernos de ambos países.
Pese a las restricciones referidas al derecho de autor dentro el embargo a Cuba, el consumo de televisión norteamericana en la isla es abismal. Los reality shows, sitcoms, policíacos y películas se han convertido en el producto de entretenimiento más consumido detrás de las telenovelas brasileñas.
Los cubanos, señala la agencia, están inmersos en la cultura popular estadounidense, que los que viven fuera traen cuando visitan a sus familias en el archipiélago.
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