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Bethany Thompson, de 11 años, se quitó la vida el pasado 19 de octubre en EE.UU. La pequeña padecía el acoso por parte de sus compañeros, quienes se burlaban de su “sonrisa torcida”.
La boca de Bethany había quedado ligeramente torcida a causa de un tratamiento con radiación al que fue sometida para superar un cáncer y este fue motivo de burla por parte de sus compañeros de escuela.
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Al parecer, la pequeña se sentía incapaz de superar la presión de sus compañeros e incluso llegó a confesar a su mejor amiga que acabaría con su vida. La propia madre de la menor, Wendy Feucht , declaró a CNN: "Mi hija le confesó a su mejor amiga que no podía aguantar más e iba a acabar con su vida.
La amiga de Bethany comunicó a su familia la conversación que había mantenido con Bethany Thompson pero fue demasiado tarde. Aunque el padre de la niña llamó a la madre de Thompson, la menor encontró antes una pistola en casa y se disparó, según ha revelado la policía.
La madre de la menor ha confesado a los medios que los responsables del colegio de su hija habían sido informados del bullying que sufría su hija y aún no habían tomado ninguna medida porque decían estaban investigando los hechos.
Tras la muerte de Bethany Thompon la comunidad se ha volcado con la familia mostrándole un gran apoyo que incluso ha incluido la recolecta de fondos para sufragar el funeral de la menor.
Pese a que la familia de Bethany la recuerda con inmenso dolor, quiere que la muerte de la niña sirva para acabar con el problema del acoso infantil e incluso se plantea establecer un fondo de becas en nombre de Bethany, para sensibilizar a la comunidad contra el bullying.
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